El añadido

 


"Como el Padre me ha amado, 
así os he amado yo: permaneced en mi amor" 
 (Jn 15,9-17)  

Jesús nos amó primero, nos amó a pesar de nuestras debilidades, nuestras limitaciones y nuestras debilidades humanas. Fue Él quien nos hizo dignos de su amor, que no conoce límites y nunca termina. Al darnos el nuevo mandamiento, nos pide que nos amemos no solo y no tanto con nuestro amor, sino con el suyo, que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones si lo invocamos con fe. De esta manera, y -solo de esta manera- podemos amarnos unos a otros no solo como nos amamos a nosotros mismos, sino como Él nos amó, es decir inmensamente más. Dios nos ama mucho más de lo que nos amamos a nosotros mismos. Y así podemos difundir en todas partes la semilla del amor que renueva las relaciones entre las personas y abre horizontes de esperanza. Jesús siempre abre horizontes de esperanza, su amor abre horizontes de esperanza. Ese amor nos hace convertirnos en hombres nuevos, hermanos y hermanas en el Señor, y hace de nosotros el nuevo Pueblo de Dios, es decir, la Iglesia, en la que todos están llamados a amar a Cristo y en Él a amarnos unos a otros.” (Papa Francisco)

Hoy, Iglesia celebra la fiesta de este “Apóstol añadido”, San Matías.
Llamado a ocupar el lugar que otro ha dejado vacío en los Doce.
Y la Liturgia anuncia el Evangelio de Jesús donde nos dice que
“no le hemos elegido nosotros a El sino El a nosotros”.

La fiesta del apóstol Matías nos muestra que todo es don en nuestra vida. El nombre de Matías significa don, regalo de Dios, y también nos recuerda cómo Jesús puede hacer el llamado, a través de la comunidad de creyentes.

Hoy Jesús nos recuerda que ser cristianos (personas que pertenecen a Cristo) es sobre todo vivir como discípulos amados.
“Como el Padre me ha amado, así os he amado... os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto”. 
¿Qué frutos he dado como persona amada por Dios y como discípulo suyo? 
¿Qué frutos puedo dar hoy?

Permanecer a su lado es mucho más que obligación, es una búsqueda y un deseo, es el gozo permanente de estar junto a Alguien que gratuitamente me ama, me cuida y me perdona

Ser elegido no es una acción pasiva. La iniciativa es de Dios, que elige, pero necesita una respuesta para que se realice la acción. Tanto la elección como la respuesta brotan de amar y saberse amado. Nada podemos si Dios no nos atrae.

Todos somos amados, elegidos de Dios. Jes


ús llama a todo hombre a comprometerse para hacer de este mundo casa de todos, y esto, de forma totalmente gratuita. Dios reparte su gracia con generosidad a la que debemos corresponder también con generosidad para ser, igual que Matías, testigos fieles del amor y elección de Jesús.

Muy cerca de nosotros está la Virgen María; nadie mejor que ella ha amado a Dios y a todos los hombres, pues por su amor en la Anunciación se convirtió en Madre de Dios, y por su amor en la cruz en Madre de todos los hombres.

Señor, te pido que hagas de mí un testigo. Moldea desde dentro mi corazón. Así mis palabras y mis gestos contagiarán tu alegría, anunciarán la noticia de tu gran bondad y mi esperanza será una propuesta creíble de vida nueva.


 

 

 

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