Aquí me tienes

 


"Los fue enviando de dos en dos". 
(Mc 6,7-13).
 
Porque el camino no lo hacemos solos, porque la fe no es un "yo, mí, me, conmigo", porque a veces nos perdemos, porque Jesús mismo se hace compañero de camino... Busca y siente tu comunidad en esta vida y misión a la cual Dios te envía. 
Los discípulos ‘salieron’ a los cruces de los caminos a prolongar la actividad de Jesús: anunciar el evangelio, curar y expulsar demonios.
El envío es con lo necesario para caminar. La austeridad y la sencillez son parte de lo anunciado. En la misión no solo hay palabra, también hay transformación, compromiso social contra el mal, cuidado, acompañamiento y curación de los que sufren. Hoy oímos hablar mucho de Iglesia en salida. Solo podemos salir de verdad con la fuerza del Espíritu Santo.

 
Jesús llama a los Doce y los va enviando. La misión es de Jesús. Nosotros participamos de ella con el bastón de la fe, las sandalias del entusiasmo, la palabra de la esperanza, la acción de la liberación, la unción de sanación.
Ser llamado a ser discípulo de Jesús desencadena una dinámica de transformación de nuestra vida entera, puesta de manifiesto en un estilo de vida y valores distintos a los que vive el mundo Un bastón y unas sandalias. Nada más. La cosa está clara, se trata de ponerse en camino, andar, buscar, salir al encuentro…
Confiar en la llamada y caminar
 
¡Hoy déjame, Señor, acompañarte, para llegar a ser un día tu apóstol, cuanto quieras llamarme por mi nombre y enviarme como tu representante! 
Jesús, dame amor para que nunca deje de colaborar contigo.
Vive tú, Jesús, en mí. 
Hazme dócil a la acción de tu Espíritu. 
Hoy quiero decirte con María y José: 
Sí, aquí me tienes. 
Hágase en mí tu palabra.

 

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