Alumbrar

 

"El que tenga oídos para oír, que oiga". 
(Mc 4, 21-25)

No hay peor sordo que aquél que no quiere oír. Deja tus miedos atrás y atrévete a escuchar lo que hoy Dios tiene que decirte en este día que comienzas. Igual te sorprende...  Y ya sabes que Dios tiene unas formas muy ingeniosas de hablarte.

Las imágenes a las que Jesús recurre son sencillas y comprensibles. Ayer la semilla. Hoy una lámpara. Todo tiene una finalidad y es fundamental descubrir la nuestra. Escuchar para entender, medir sin medidas y vivir dando.

Jesús es la luz que ilumina en medio de la humanidad; se hace presente en los caminos; conecta con la esperanza escondida de todo ser humano.

Tener luz es ser conscientes de ser amados por Dios. Esta certeza es la tarea misionera que anunciamos con la vida.

Es tiempo de ser luz. Si se trata de brillar que sea para alumbrar.

Vivamos con claridad nuestra fe, como una luz que se da para otros y con ellos. Demos testimonio de lo que somos, de lo que nos mueve. La luz adquiere toda su fuerza y valor cuando se da. 

 


Jesús, eres fuente de vida y de luz para mi vida 
y para la vida del mundo.  
 Ilumina mis actitudes, mis sentimientos, 
mis pensamientos con tu luz. 
Quiero vivir como hijo de la luz. 
Quiero escuchar y acoger la luz de los otros.

 

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