La salvación

 


“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” Lc1,39-45

María, nada más dar su sí al Ángel Gabriel, se puso en camino para atender a Isabel. Eso es generosidad. Eso es espíritu de servicio.

La presencia del Niño Jesús nos trae el gozo del Espíritu Santo.... pronto, muy pronto el gozo llegará a plenitud.

La promesa se hace verdad en María y la generosidad de Dios llena cada rincón de este mundo con una Luz nueva. Es la promesa de una Alianza definitiva. El Señor cumple su Palabra, María dará a luz un Hijo que nos convertirá para siempre en 'hijos de Dios'

Pidamos hoy al Señor que venga a nosotros y que nos libre de nuestras vidas estériles, para que podamos recorrer los caminos de la vida e invitar a nuestros hermanos a sumarse a la salvación.

 

Señor, dame unos pies ligeros y unas manos abiertas,
para servir a quién lo necesite, como los María.
Que no deje para mañana el bien que pueda hacer hoy.

Gracias por las personas acogedoras, como Isabel.
Gracias por las personas que me aman y se alegran al verme.
Gracias por los que saben abrazarme, escucharme y hacerme sentir muy especial.
Gracias por las personas que confían en mí.

Señor, gracias por las personas con las que puedo compartir la fe,
con las que puedo comprobar que mi fe no es una locura,
con las que puedo apoyar mi fe pequeña y débil,
con las que puedo disfrutar la alegría de sentirnos tocados por tu amor.

 Amén.


 

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