Sagaces y sencillos

 


“Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos;
 por eso, sed sagaces como serpientes 
y sencillos como palomas” 
(Mt 10,16-23)

 

Nunca prometió Jesús que seguirle a Él y seguir su Evangelio fuera a ser fácil.

Jesús nos envía como ovejas en medio de lobos, pero no tengamos miedo, sino FE.

En las pruebas aceptadas a causa de la fe, la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida. Quiero serte fiel Señor, cuando llegue la prueba, dame tu gracia y eso me basta

Jesús nos quiere sagaces y sencillos, pero sobre todo me da fuerza con su promesa: “el que persevere hasta el final se salvará”

La sencillez de no imponer sino de proponer. La sencillez de dejar sitio, de aceptar la diferencia y la discrepancia. Una sencillez que se nota en la manera de vivir, de mirar, de responder, de sugerir.

Pidamos a Nuestro Señor Jesucristo que nos ayude a tener la sencillez de las palomas, pero también la sagacidad de las serpientes para así ser ovejas suyas entre lobos y que por medio de su Santo Espíritu y su Padre Celestial nos ayude a perseverar.

Cristo nos llama para ser sus testigos frente al mundo.

Jesús no envía a los discípulos a ganar adeptos, sino a invitar a acoger el Reinado de Dios en la propia vida. Para eso deben ser valientes, pero sin provocar. No deben tratar de argumentar, sino de testimoniar lo que han visto y oído

Tu oración y ayuda hecha ejemplo, Madre, es la que nos hace ser mansos como palomas, astutos en este mundo roto que busca herirnos, confiados siempre al Espíritu porque sabemos que él inspira la palabra y el testimonio cierto para predicar al Buen Jesús.

María, madre nuestra y madre de todos, concédenos el don de la paz y que nosotros seamos testigos de tu hijo, príncipe de la paz.


 

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