Ha dicho mi nombre

 


"He visto al Señor y ha dicho esto". 

(Jn 20, 11-18).

Jesús no ha resucitado para que su memoria permanezca viva, en el corazón de sus discípulos, sino para que Él mismo viva en nosotros y en Él podamos saborear ya la alegría de la vida eterna.

Jesús está vivo. Está a nuestro lado, incluso cuando no le vemos. Se nos hace presente en nuestros hermanos, en la evolución del mundo, en los acontecimientos de la vida…
Ojalá que en esta Pascua todos los cristianos escuchemos al Señor en nuestro corazón, pronunciando con amor nuestro nombre como pronunció el de María.


María Magdalena está junto al sepulcro.  La pérdida la tiene abatida y llora. A la vez, busca, porque el amor la inquieta. Sus lágrimas provocan preguntas, y le impiden ver con claridad. Escuchar su nombre en boca de Jesús, limpia su mirada y la lanza a la misión.

"He visto al Señor y ha dicho esto" María Magdalena nos muestra el camino de la Pascua: debemos ser capaces de mirar a la cara al Resucitado y anunciarlo a los demás con la alegría de vivir en nuestra vida su voluntad, lo que nos ha dicho. 

Tenemos que abrir bien los ojos, tenemos que mirar mejor a nuestro alrededor, tenemos que sentirnos llamados por Él. Nos conoce, se hace el encontradizo, nos llama por nuestro nombre. La relación es personal.


Señor, dame un corazón que sepa amarte como María.
Abre mis ojos y prepara mi corazón
para que sepa descubrirte cuando te hagas presente y encontradizo.
Es momento de compartir tu fe con los que tienes cerca, ¡Cristo ha resucitado!




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