Ir al contenido principal

El templo de Dios



 « No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».

La Cuaresma es el tiempo favorable para dejar que Jesucristo entre en nuestro corazón y expulse los ídolos que hoy nos roban la vida y nos esclavizan; el tiempo favorable para abandonar la religiosidad “mercantil” e interesada y comenzar a vivir una fe sincera.

Somos el hogar y la morada que Dios ha escogido como lugar favorito para vivir. Cada persona es su templo. Estamos habitados por él.

 


"Hemos de hacer de nuestras comunidades cristianas un espacio donde todos nos podamos sentir en la 'casa del Padre"

'La casa del Padre' deja de ser edificio y pasa a ser el corazón del hermano. Es en el otro y con él cuando el encuentro es verdadero 'templo', es en la vida compartida y en el servicio donde Él se hace presente en miedo de nosotros.

Dios goza cuando vamos a su Casa, y doblemente, cuando también le invitamos a la nuestra. Cuaresma es tiempo de abrir, de par en par la puerta a Cristo.

Jesús “sabía lo que hay dentro de cada hombre”, dice el Evangelio. Es algo asombro; a pesar de que Jesús me conoce y sabe cómo soy de verdad, me llama a ser templo del Espíritu Santo.

¡Qué Amor tan grande es el tuyo…!

Estamos llamados a ser templos del Espíritu Santo, como María. Que el Señor nos conceda la gracia de poder decir con María: hágase en mí según tu Palabra.

Para Jesús la persona es el verdadero templo de Dios. La casa de Dios está en las personas. Cada uno de nosotros está habitado: en el interior, es el lugar de encontrar a Dios





NOS HAS LLAMADO AL DESIERTO,
SEÑOR DE LA LIBERTAD
Y ESTÁ EL CORAZÓN ABIERTO
A LA LUZ DE TU VERDAD.
SUBIMOS CON ESPERANZA
LA ESCALADA CUARESMAL
EL PUEBLO DE DIOS AVANZA
HASTA LA CUMBRE PASCUAL.

Tu pueblo, Señor, camina
desde la aurora al ocaso
a tu Pascua se encamina
y te sigue, paso a paso.

Señor, te reconocemos
y tu Palabra escuchamos,
tus caminos seguiremos
y tu ley de amor cantamos.

Se acerca, Señor, tu día
en el que todo florece
con su luz y su alegría
ya el camino, resplandece

Señor,
ven a limpiar mi casa.
Soy tu templo, tu casa.
Ven, abre
todas mis puertas
y ventanas.
Airea y llena de claridad
mis habitaciones interiores
con el soplo de tu Espíritu...







Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...