“Sígueme”

 


"Tú eres el rey de Israel".
 (Jn 1, 43-51).

¿Cómo resuena en mi corazón, al comienzo de este nuevo año, la llamada que me hace Jesús "Sígueme"?

Sígueme.
Una palabra, un verbo, que transforma toda la vida.
Jerarquiza prioridades y contagia el encuentro, la inquietud y la llamada.
Sólo quien ha experimentado la fuerza del seguimiento, se hace seguidor y mensajero de lo vivido para los demás.

¿En qué sentido te pide Dios que lo sigas?
En el camino de la comprensión, de la aceptación, en la lucha cotidiana y aún en el camino de la cruz, pero asumiendo todo con un sentido de amor !!
Cuando escuchamos a Jesús decir “sígueme”, esta invitación nos llama a salir de nuestra zona de comodidad, de nuestros prejuicios y favoritismos.
Se nos llama a cruzar las fronteras que nos separan de Dios.

'Ven y verás'.
Con Él todo se convierte en una relación personal que es amistad, encuentro, proyecto y amor.
Las teorías se convierten en relaciones cercanas, las normas en momentos de encuentro, los cumplimientos en proyecto de vida.

Dejémonos encontrar por Jesús como Natanael.
JESÚS NOS ASEGURA QUE, LOS QUE TENEMOS FE VEREMOS COSAS MARAVILLOSAS. 


 

Ven y verás

Ven.
Así empieza todo.
Sal.
Acércate.
Sígueme.
Muévete.
No esperes.
No negocies.
No exijas.
Atiende.
Escucha dentro.
Fíate
del deseo
más hondo
que te habita.
Deja que la sed te guíe.
Ven.
Y verás.
El amor sin condiciones.
Una justicia inmortal.
La misericordia inesperada.
Una amistad invencible.
El mundo al revés.
La compasión fecunda.
El poder estéril.
La debilidad más fuerte.
La verdad desnuda.
Y el espejo de unos ojos
que cuentan tu historia 
 como nunca la imaginaste.

(José María R. Olaizola, sj)

 

 


 

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