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Lugar de encuentros




«Si el mundo os odia, 
sabed  que me ha odiado 
a mí antes que a vosotros» 
(Jn 15, 18-21)


No somos del mundo, pero estamos y vivimos en el mundo.
El mundo es nuestro lugar de encuentro con Dios y los demás.
El mundo es oportunidad de conversión y espacio de salvación.
Es contrario a Dios, y también ámbito de su presencia.

En el mundo y para el mundo, en la historia, con los demás... con su propuesta.
Un mandamiento que cambia radicalmente las relaciones, el amor.
Queremos ser portavoces y actores de la propuesta de Dios para el mundo: la fraternidad.

En el seguimiento de Jesús, Él no nos promete un feliz término no terreno sino celestial.
Le mataron pero resucitó, venció todos los poderes y entró en la gloria. Nosotros, sus seguidores, encontramos la fuerza para vencer todos los retos de la vida en Él, nuestra esperanza y alegría.



¡Feliz de ti!
cuando te veas perseguido,
insultado y calumniado,
por mostrar con tu vida
un estilo de vida evangélico!

Feliz de ti
Cuando te persigan y te dejen de lado
porque te mantienes fiel a tus convicciones
y no claudicas por temor o cobardía,
para acomodarte a las presiones del ambiente.

Feliz de ti
Cuando te calumnien
porque no toleran verte distinto,
testigo de un estilo de vida nuevo,
no sometido a las pautas ambientales
o a las exigencias de algún grupo.

Feliz de ti
cuando te calumnien y te insulten,
te marginen y te persigan,
porque vives de acuerdo a tus ideales,
contra del ambiente.

Feliz de ti, entonces,
porque tendrás la invalorable recompensa
de sentir que tu conciencia te aprueba,
y de estar en paz contigo

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