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¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!






Ser cristiano implica creer en Jesús pero también creerle a Jesús y hacer lo que Él nos pide en el evangelio; tenerlo como verdadero Maestro y Señor de nuestras vidas.
Estamos llamados a demostrar con la vida signos de “vida”, que lleven a todos a la fe. Ser como Iglesia una comunidad signo, en el que, los que nos ven, descubran lo que los conduce a creer con toda su familia. Debemos ser signos de Jesús, para conducir a la fe, y para que todos “creyendo, tengan vida”.

Jesús no permanece indiferente al sufrimiento de los hombres, ante la verdad del dolor humano, ante la súplica sincera, ante la muerte...
Responde y transforma.
Es un Dios de vivos, quiere la Vida.
Pidamos con fe.



No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida
diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos.
Hazme hábil e inventivo para notar a tiempo, en la multiplicidad y
variedad de lo cotidiano, los conocimientos y experiencias que me
atañen.
Hazme seguro en la correcta distribución del tiempo. Obséquiame el
tacto para distinguir lo primario de lo secundario.
Hazme comprender que los sueños poco ayudan al pasado y al futuro.
Ayúdame a hacer lo siguiente, lo mejor que me es posible, y a
reconocer que esta hora es la más importante.
Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir
bien. Obséquiame el sensato reconocimiento de que las dificultades,
las derrotas, los fracasos, los contratiempos son una añadidura
natural a la vida, que nos empujan a crecer y madurar.
Recuérdame que el corazón muchas veces hace huelga contra la razón.
Envíame en el momento justo a alguien que tenga el valor de decirme
la verdad con amor.

Tú sabes cuán necesitados estamos de la amistad. Concédeme el estar
preparado a éste el más hermoso, más difícil, más arriesgado y más
delicado regalo que nos ofrece la vida.
Provéeme de la fantasía necesaria para entregar en el momento
preciso, en el lugar adecuado un paquetito de bondad, con o sin
palabras.
Haz de mí un ser humano cual nave con el calado necesario para poder
alcanzar también a los que están abajo.
Presérvame del temor del que podría perderme de vivir. No me des lo
que yo pido, sino lo que necesito.
¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!


Antoine de Saint Exupery


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