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Tenemos que estar más pendientes.



«También el Hijo del hombre 
va a padecer a manos de ellos» 
(Mt 17, 10-13)

Hoy 14 de diciembre la Iglesia recuerda a San Juan de la Cruz.
Adviento también es esperar con impaciencia y contar los segundos hasta Navidad, que bonito sería que el Señor nos regalase un corazón de niños la noche de Reyes, ese corazón en amores inflamado, con ansias como el de Juan de la Cruz, que nos haga contar los minutos, los segundos que nos quedan para acoger al Mesías, al Señor.



"El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa" 
Vivir es andar en el amor.


Que la llama de la fe encienda tu corazón
"Como un fuego,
sus palabras quemaban como antorcha."
¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!


No te dejes engañar por apariencias.
Para descubrir lo esencial de la vida necesitamos una mirada profunda, contemplativa. 
Despierta la sensibilidad dormida.
Adéntrate en los tesoros que Dios nos regala cada día en lo secreto, en la tienda del encuentro, donde siempre nos espera.

Que tu Espíritu, Señor, nos ayude a reconocer a los verdaderos profetas de nuestro tiempo, que –con su propia vida– denuncian la injusticia, llaman a la conversión, reavivan la esperanza y hacen visible el amor y la misericordia de Dios.

Tenemos que estar más pendientes.
Más pendientes de todas esas señales que nos muestran la cercanía del Señor con nosotros.
Dejemos a un lado las distracciones que nos hacen sordos ante su llamada.
¡Aprendamos a escuchar!
 
Cuántas veces tenemos delante de nosotros los signos de tu presencia y no solo no nos damos cuenta, sino que, en ocasiones, los tapamos nosotros.

Es difícil reconocer lo que rompe nuestras expectativas, nuestros esquemas, nuestras certezas. Dios rompe nuestra mirada miope, nuestros deseos egoístas, nuestras cortas razones.
Dios sorprende porque es Dios.
Va más allá porque es infinito

Ven Señor Jesús

Ven Señor Jesús, enciende nuestro corazón con la fe,
para que podamos encontrarte
y descubrir tu presencia en cada momento.
Ven Señor Jesús, quema con tu fuego nuestra vida
para que podamos ser fieles
al amor con que nos amaste.
Ven Señor Jesús, danos la esperanza
que ilumine nuestro caminar
y nos indique los senderos por donde avanzar.
Ven Señor Jesús, danos valentía
para poder arriesgarnos por el Evangelio de tu reino
sabiendo que estas con nosotros
y que tu amor y gracia nunca nos abandonan

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