“¿Con qué autoridad haces esto?” (Mateo 21, 23-27).
Integridad, coherencia sabiduría, humildad, compasión,
libertad,...
Escandalosa libertad la de Jesús.
No hay resquicio en Él para el mal.
El Espíritu está sobre Él.
Su alimento es hacer la voluntad del Padre.
El Padre y Él son uno.
No hay resquicio en Él para el mal.
El Espíritu está sobre Él.
Su alimento es hacer la voluntad del Padre.
El Padre y Él son uno.
Y el Autor de la vida, goza de total autoridad.
La autoridad se refleja en lo que hacemos, decimos y
creemos.
¿Nuestras acciones ayudan a crecer a los demás y me
descentran de mí mismo?
¿Nuestras palabras están llenas de cercanía, de
comprensión?
¿Nuestra fe rebosa comunión, alegría, transparencia?
¿Hoy, en concreto, qué me impide reconocer la venida del
Señor y su Presencia entre nosotros?
Hoy también muchos rechazan a Cristo.
Otros critican a la Iglesia por estar cercana al que
sufre.
Y no faltan los fariseos.
Nuestra misión, como cristianos que creemos en Él, es
anunciarle.
Indudablemente.
Muéstrame, Señor, tus caminos…
Sal 24
Ilumíname, Señor.
Que la luz del Evangelio de Jesús
brille ahora en mi vida.
Que su visita me devuelva
las ganas de avanzar,
de ser mejor.
Que su verdad me libere
de todas las mentiras fáciles
que habitan dentro de mí.
Sal 24
Ilumíname, Señor.
Que la luz del Evangelio de Jesús
brille ahora en mi vida.
Que su visita me devuelva
las ganas de avanzar,
de ser mejor.
Que su verdad me libere
de todas las mentiras fáciles
que habitan dentro de mí.
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