Ir al contenido principal

“Ver quién era Jesús”





«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre 
ha venido a buscar 
y a salvar lo que estaba perdido» 
(Lc 19, 1-10)

Siempre estamos a tiempo para pedir perdón y reordenar nuestra vida.

Era pecador, con mala fama, bajito... la multitud se lo impedía, pero Zaqueo quería ver a Jesús y se esforzó.
Zaqueo, no se lo pensó dos veces: ¡subió y vio al Señor!
Y, el Señor, valora y sale al encuentro del que lo busca.
¿Cuántas veces, con nuestras palabras y obras, impedimos ver a Jesús a quien lo está necesitando?


Una mirada de Jesús cambió la vida de Zaqueo.
Jesús nos mira siempre y nos espera.
La mirada misericordiosa del Señor nos alcanza antes que nosotros mismos nos demos cuenta de que necesitamos ser salvados.
Aprendamos hoy a cambiar, a mejorar.
Jesús espera que, de una vez, cambiemos.

Zaqueo reconoce su poca estatura,
encuentra la manera de “ver quién era Jesús”
y ese día llegó la salvación a su casa.
Los que murmuran  no pueden ver a Jesús aunque lo tienen adelante
por la misma razón por la que no pueden ver a su hermano: por sus prejuicios.

¿Qué obstáculos le pongo al Señor para que pueda entrar en mi casa?
¿Qué impide hoy mi conversión?

María, Madre del Verbo siempre dispuso a encontrarse con nosotros, intercede para que se cumpla en nuestra vida sus palabras: 'He venido a buscar y salvar lo que estaba perdido' y el fruto de nuestra conversión sea el servicio desinteresado a los más necesitados.

COMO ZAQUEO, SEÑOR
Quiero ser pequeño, para luego, ver y comprobar que Tú eres lo más grande
Quiero sentir mi pecado y mi debilidad
para, luego, gustar que Tú eres la santidad y la gracia, la vida y la verdad, altura de miras hontanar de bondad.
COMO ZAQUEO, SEÑOR
Quiero ascender al árbol de la oración y, agarrado a sus ramas, saber que tú en ella me tiendes la mano y me acompañas me proteges y, al oído, siempre me hablas me auxilias, y en mis caminos, me alumbras con la luz de tu Verdad.
COMO ZAQUEO, SEÑOR
A veces me siento pecador y egoísta, usurero y con afán de riquezas.
Por eso, Señor, como Zaqueo quiero ser grande en aquello que son pequeño y, diminuto, en aquello que soy gigante.
¿ME AYUDARÁS, SEÑOR?
No pases de largo, Jesús mío.
Que son muchos los tropiezos los que de de saltar para llegarme hasta tu encuentro
Que son incontables los intereses y, a veces las personas, que me impiden darme el abrazo contigo

COMO ZAQUEO, SEÑOR
En la noche oscura de mi alma haz que nunca me falte un árbol donde remontarme
Una rama donde agarrarme
Un tronco donde apoyarme para que, cuando pases, aunque, por mi cobardía, no te diga nada, Tú, Señor, me digas….¡en tu casa quiero yo hospedarme!

Javier Leoz

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...