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Tan solo, sígueme.



"Aquel que no renuncia 
a todos sus bienes
no puede ser discípulo mío"
Lc 14, 25-33


Jesús lo resitúa todo.
Ojalá Él re-ordene nuestras prioridades
Jesús siempre nos invita a que antepongamos las necesidades de los demás a las nuestras
Dejarlo todo y seguirle, no es quedarte vacío.
Es dejar tus cadenas y losas.
Es aligerar tu mochila para seguir bien sus pasos
Debemos perder lo que haga falta por defender las ideas del Evangelio.
"Si alguien se viene conmigo"...
Sígueme... no importa tu fragilidad ... cuento contigo ... haremos grandes cosas juntos.
Tan solo, sígueme.
En el seguimiento es necesario sentarse y analizar si lo que hacemos es nuestro o de Dios.
Si entendemos la cruz como un reto o como un quebranto.
Si vivimos la misión con pasión o con miedo.
Si nuestras relaciones construyen paz o división.

Señor, ¿cómo voy a amarte más que a mis padres, si ellos se han sacrificado tanto por mí y me lo han dado todo?
¿Cómo voy a amarte más que a mi pareja, si nos queremos con locura, si parece imposible amar con más fuerza?
¿Cómo voy a amarte más que a mis hijos, si cada día les doy lo mejor de mí y daría mi vida por ellos, sin pensarlo dos veces?

¿Cómo voy a amarte más que a mis hermanos y amigos, si yo no sería nada sin ellos?
Señor, ayúdame a darme cuenta de que mis padres, mi pareja, mis hijos, hermanos y amigos son un regalo tuyo;
que su amor es sólo un pequeño reflejo del gran amor que Tú sientes por mí.
Señor, ayúdame a experimentar que cuando me dejo amar por ti y cuando te amo sobre todas las cosas, mi corazón se ensancha y pacífica, y, así, puedo amar sin exigir a los demás lo que sólo Tú me puedes dar, puedo amar más y mejor a mis padres, a mi pareja, a mis hijos, hermanos y amigos.
Señor, ayúdame a fiarme de tu palabra y a disfrutar la vida nueva que sólo Tú me ofreces.


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