Perder para ganar



"El que encuentre su vida 
la perderá, 
y el que pierda su vida por mí, 
la encontrará" 
(Mt 10,34-11,1)

Los criterios para el seguimiento de Jesús, como la aceptación de la propia cruz o la renuncia a lo que se ama por amor a Él, no suelen coinciden con la mentalidad de este mundo.
Para el discípulo de Jesús, perder la vida significa ganarla para siempre.
Entregar mi vida, para encontrar Tu vida, morir a mí para que otros puedan ser un "tú".
 Así te seguiré.
La Paz no es la ausencia de conflictos, sino la apuesta por vivirlos con un sentido de vida. 
Toda opción entraña una dificultad, y la paz de quedarme con lo mejor, a pesar de las pérdidas.
Jesús es lo mejor, y el único que regala la verdadera paz



Jesús, nos has dicho: "Quién quiera guardarse su vida, la perderá; y quién la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna". Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas. Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida. Tenemos seguros por todas partes para evitar los riesgos. Y sobre todo está la cobardía...

Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un favor al que no lo va a devolver; gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo.


Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; sólo entonces seremos luz. Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad. Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos y falsa teatralidad. La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a su bebé, como el sudor humilde del sembrador.


Entrénanos, Señor, ayúdanos a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia; no podemos caer en el vacío. El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla; pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche, con mil ojos humanos rebosando lágrimas.



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