Ir al contenido principal

Busca a Dios





"No estéis agobiados 
por vuestra vida 
pensando qué vais a comer, 
ni por vuestro cuerpo 
pensando con qué os vais a vestir" (Mt 6, 24-34)

Este Evangelio no es un canto a la despreocupación sino es el alegato más maravillo a vivir confiando plenamente en Dios que cuida de todo lo creado.
A nosotros nos toca vivir esa serenidad ante la vida, ante los problemas y dificultades, ante las relaciones con los demás.
A trabajar pero sin inquietud ni agobios, a vivir cada día y a no acumular más afanes y preocupaciones que los que el día te presente. 

Pienso hoy en tantos agobios que no valen nada, nada.
¿Podrías repetírmelo, Señor?
¿Recordarme que vale más la vida?

Sin agobios, descargando lastre en Ti, vivir buscando Tu Reino... eso basta.

El amor al dinero multiplica las preocupaciones, los agobios, los miedos... y nos vuelve orgullosos.
El amor al Padre nos devuelve la paz, la confianza, la alegría... y nos hace humildes.

El control y la seguridad nos hacen perder el verdadero milagro de cada día.
La providencia de Dios siempre nos sorprende y nos desborda en nuestras expectativas

Quien solo busca a Dios, tiene la capacidad de encontrar caminos donde otros ven sólo murallas, la habilidad de reconocer posibilidades donde otros ven solamente peligros.


Se “descalzan ” para poder acercarnos y profundizar en el Misterio

Padre, que no tenga miedo a abandonarme en ti.
Que sepa, Dios mío, que el abandonarme en ti, implica toda mi vida.
Tú me has tomado en serio, y por eso me cuidas, me proteges, me das la vida y muchos dones.
Ayúdame, pues, para que al abandonarme en ti, yo también te tome en serio.

“Nada te turbe,
Nada te espante:
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante.
Solo Dios basta”.


Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...