Hagamos lo que Él nos diga



“Este fue el primero de los signos 
que Jesús realizó en Caná de Galilea”
(Jn 2, 1-11).

Domingo para descubrir un 'nombre nuevo', que somos 'coronados' con 'diadema real', no estamos 'abandonados', ni 'desterrados', somos 'predilectos', 'desposados'.(cfr. Is 62,1-5) 
Hagamos de la semana tiempo de esponsales para celebrar y renovar el Domingo las nupcias con el Señor.

El primer milagro lo hace Jesús en el comienzo de una familia porque es el mayor tesoro que existe en la tierra.
Jesús interviene en la familia, no dejemos de pedir la intercesión de la Madre para que Él actúe, porque Jesús es capaz de transformar todas las cosas

Qué serenidad da encontrarnos con Jesús en medio de una boda judía, y verle desbordando las viejas vasijas rituales de agua con un vino nuevo y abundante para todos.
Guiado por la mano de María.
Esa bendita mujer que va siempre delante de nosotros abriendo lo nuevo y eterno.

Me interpela la obediencia de Jesús al Padre, la de María que se proclama esclava del Señor y que nos indica el camino:
"Haced lo que Él os diga".
Si por la desobediencia de un hombre entró el pecado en el mundo, por la obediencia del Hijo, el mundo fue redimido.

Hagamos lo que Él nos diga, llenemos las vasijas de agua, sabiendo que solo Él las puede convertir en el vino de a alegría

Cuando Cristo transformó el agua en vino con su poder, toda la gente se llenó de alegría…
Ahora todos podemos participar del banquete de la Iglesia, porque el vino se ha transformado en su sangre y lo bebemos en santa alegría, glorificando al gran Esposo



La alegría viene dada como primicia por la vida misma.
No seríamos capaces de imaginar la belleza del planeta sin la sonrisa de los niños y la alegría de sus padres.
Un don de Dios inigualable que rejuvenece en la manifestación de Jesús con el vino nuevo de Caná.
Con su madre.

Sepamos apreciar los pequeños milagros cotidianos que se producen en nosotros cada día.

Al igual que Jesús convirtió el agua en vino, ¡deja que transforme tu corazón!
¡Confía!

Si estás Tú...
Si estás Tú... no falta nada Jesús.
Si estás Tú... todo se llena de sol.
Si estás Tú... la tristeza se convierte en alegría.
Si estás Tú... se oye mejor el canto de los pájaros.
Si estás Tú... mi corazón late más fuerte.
Si estás Tú... los miedos no pueden conmigo.
Si estás Tú... tengo la fuerza de un gigante.
Si estás Tú, Señor... la vida es infinitamente mejor.
Si estás Tú... solo si estás Tú.


María imagen que nunca envejece de las Bodas de Caná, la Iglesia.

Continúa invitación a un brindis de eternidad con el Vino Nuevo del Espíritu que nos lleva a la alegría de la obediencia:

"Haced lo que él os diga".

CANÁ
Haced lo que él os diga
y convertiréis
el pozo gris en puerta de color
el rescoldo en hoguera,
el balbuceo en canto,
la borrasca en fiesta.
Haced lo que él os diga,
o, mejor aún, lo que él haga.
No os conforméis
con el sí de los borregos,
el quizás de los vacilantes
o el no de los descontentos.
Vuestro sí ha de ser pasión.
Vuestra duda, compromiso.
Vuestra negación, profecía.
Llenad con agua las tinas
que han de saciar la sed
de este mundo desquiciado.
Que se convierta en vino
de locura para los aburridos,
cordura para los exaltados,
seguridad para los afligidos,
vacilación para los arrogantes.
Brindaremos, al fin,
en la mesa de todos,
que el mismo Dios prepara
desde que encendió la luz
por vez primera.

José María Rodríguez Olaizola

María no dejará que se apague la gracia, avisará a su Hijo en tu necesidad.

¡María, no tengo vino!

¡Presenta mi necesidad al Señor para que pueda hacer, por tu intercesión, lo que Él diga!

¿Por qué nos fatigamos tanto en el vino que no sacia, en el vino que se acaba?
María nos presenta un Vino nuevo, Jesucristo, que con su muerte y resurrección sacia nuestra necesidad de amar y ser amados, nuestra sed de vida y de alegría.


Tú nos llamas en medio de la vida,
nos llamas en cada circunstancia
en la tristeza de un duelo
y en la alegría de una boda..

Vivimos superficialmente y deprisa,
sometidos por el egoísmo,
ese ladrón que nos roba la alegría
y nos deja sin ánimo para seguir adelante.

Tú nos hablas de estar atentos a la vida,
como María estuvo atenta a la necesidad de los novios,
En la vida te haces presente,
para mostrarnos el camino de la felicidad.

Tú estás en medio de la vida,
como Señor de la Historia,
y vienes en cada acontecimiento.
Ayúdanos a estar despiertos
para reconocerte y recibirte.

Enséñanos a orar,
A presentar a Jesús nuestra plegaría,
como María, con sencillez, con confianza.
Mantén nuestro espíritu firme en Ti,
que eres nuestra Roca firme,
que permaneces fiel
en medio de los avatares de la vida,
que nos salvas en toda situación que nos afecta.

Que nos encontremos contigo
en toda circunstancia y en todo momento
y sepamos disfrutar de tu presencia
y señalarla a cuantos no te encuentran.
Amén.

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