Ir al contenido principal

Amar y servir




“El Hijo del hombre 
va a ser entregado. 
Quien quiera ser el primero, 
que sea el servidor de todos”.
(Mc 9, 30-37).



No hay nada que proporcione más satisfacción que servir a los demás, estar atentos a sus necesidades.
 Aprendamos a ser humildes y generosos con quienes nos rodean.



En todo amar y servir... para eso quiero vivir.











Gracias, Padre Bueno, porque nos quieres
y nos llamas cada día, a través de tu Hijo Jesucristo.
Sabemos, Señor, que tú nos buscas y nos hablas al corazón.
Tú, Señor, nos enseñas, nos corriges con ternura… ¡Tú nos amas!
Tú que eres Bueno, nos quieres y nos invitas a seguirte cada día.
Tú, Señor, nos llamas hoy día y nos pides ser humildes y sencillos,
nos invitas a servir a todas las personas,
igual que Tú viniste al mundo para servir y no para ser servido.



Gracias, Señor, por instruirnos y enseñarnos con paciencia
las actitudes necesarias para ser felices y bienaventurados
acogiendo al débil y al excluido, dando ternura al desvalido,
consolando al triste, dando cobijo al inmigrante,
acompañando al que está o se siente sólo,
protegiendo a las personas más frágiles y vulnerables,
y cuidando de nuestros hermanos más delicados y que más nos necesitan.
Gracias, Señor, porque Tú transformas nuestra miseria y nos corriges.
Señor, haz que con la ayuda de María, nuestra Madre,
sepamos verte siempre presente en cada una de las personas que nos rodean,
para poder reconocerte, servirte y amarte a través de ellas. AMÉN


Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...