Tú tienes palabras
“¿A quién vamos
a acudir?
Tú tienes palabras de vida eterna”.
(Jn 6, 60-69).
TÚ TIENES
PALABRAS
En un mundo de
muerte,
Tú tienes
palabras de vida eterna.
En un mundo de
violencia,
Tú tienes
palabras de paz.
En un mundo de
incertidumbre,
Tú tienes
palabras de esperanza.
En un mundo de
esclavitud,
Tú eres mi
libertad.
Cuando hemos confiado en los amigos y los hermanos y
ellos nos olvidan y traicionan, nos resulta muy difícil abrir el corazón para
amar y compartir. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También vosotros queréis vivir
encerrados en la burbuja del individualismo?
Cuando pedimos con insistencia a Dios que nos conceda algo y parece que Él se hace el sordo, tenemos la tentación de dejar de rezar, de construir nuestra vida como si Dios no existiera. Y tú, Jesús, nos dices: ¿también tú quieres alejarte de la Fuente de la Vida, también tú crees que no necesitas la luz, el pan, el perdón y el amor de Dios?
Cuando tratamos de superar un comportamiento o un hábito que nos hace daño o hace daño a los demás y no lo conseguimos, nos abandonamos, pensamos que somos un desastre sin remedio. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También tú crees que todo se consigue a la primera, también tú rechazas mi ayuda para hacer realidad tus mejores sueños?
Cuando desaparece una persona muy querida, a la que hemos querido, que nos ha querido mucho, no encontramos energía para seguir adelante y sólo vemos nubarrones en nuestro horizonte. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También vosotros creéis que la muerte tiene la última palabra? ¿también vosotros creéis que vuestro dolor es más grande que mi amor?
Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Contigo es posible descubrir y escoger el camino de la entrega, la fraternidad, la confianza y la esperanza.
Cuando pedimos con insistencia a Dios que nos conceda algo y parece que Él se hace el sordo, tenemos la tentación de dejar de rezar, de construir nuestra vida como si Dios no existiera. Y tú, Jesús, nos dices: ¿también tú quieres alejarte de la Fuente de la Vida, también tú crees que no necesitas la luz, el pan, el perdón y el amor de Dios?
Cuando tratamos de superar un comportamiento o un hábito que nos hace daño o hace daño a los demás y no lo conseguimos, nos abandonamos, pensamos que somos un desastre sin remedio. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También tú crees que todo se consigue a la primera, también tú rechazas mi ayuda para hacer realidad tus mejores sueños?
Cuando desaparece una persona muy querida, a la que hemos querido, que nos ha querido mucho, no encontramos energía para seguir adelante y sólo vemos nubarrones en nuestro horizonte. Y tú, Jesús, nos dices: ¿También vosotros creéis que la muerte tiene la última palabra? ¿también vosotros creéis que vuestro dolor es más grande que mi amor?
Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Contigo es posible descubrir y escoger el camino de la entrega, la fraternidad, la confianza y la esperanza.
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