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La fe hace presente a Jesús




“No desprecian a un profeta 
más que en su tierra”
(Mc 6, 1-6).


Jesús puede ser rechazado precisamente por quienes creen conocerlo mejor: los que se encierran en sus ideas preconcebidas sin abrirse ni a la novedad de su mensaje ni al misterio de su persona.
 ¿Y tú?
¿Quieres ser de esos?

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA
¿El precio de la libertad, de la autenticidad y de la novedad?
El dolor de sentirse incomprendido, extrañado y dolido, despreciado y rechazado, por tu gente, por los que más quieres, por aquéllos con los te has criado.

A veces, donde más cuesta ser buena noticia es en la familia, con los cercanos y amigos. 

A ellos también nos envía a sembrar la alegría del evangelio, aunque parezca sea difícil.

Se necesita gente humana.
Gente que asuma su propia fragilidad y la del mundo; que viva con el corazón abierto a todos. Y que desee tan sólo andar humildemente, con sus hermanos, del lado de la verdad y la honradez.

El Espíritu de Dios sigue actuando hoy.
Sigue habiendo hombres y mujeres que con su voz y su vida profética sacuden nuestras adormecidas conciencias y nos sacan de la indiferencia.
Son luces en el camino.

Solo la fe permite enfrentar la prueba, la dificultad, la crisis.

Solo la fe hace que Jesús esté presente y actúe, como Señor de nuestras vidas.






Señor Jesús, ¿qué importancia le doy a tu Palabra?
¿Es ella la brújula en mi toma de decisiones?
¿Es mi fortaleza cuando aparecen las contrariedades?
Ayúdame a buscarte en la lectura atenta y fervorosa de la Sagrada Escritura, libro vivo donde puedo aprender a conocerte, amarte y seguirte.

Ama a lo grande en lo pequeño.
¡Jesús vive en tus actos de amor de cada día!

"El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera".

Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro,
porque Tú recorres pueblos y ciudades
enseñándonos, acercándonos a todos tu Palabra
y derramando sobre nosotros tu inmenso Amor.
Gracias porque estás día a día junto a nosotros,
en los momentos cotidianos de nuestra vida.
Gracias porque nos regalas acontecimientos
donde logramos sentir tu Presencia y Cercanía.
Te damos Gracias por todas las personas sencillas
que Tú, Dios nuestro, pones en nuestra vida
para hablarnos de Ti y para enseñarnos el camino
hasta llegar a Ti, haciendo el bien a los demás.
Ayúdanos a ser fieles discípulos tuyos,
ten Misericordia de nosotros, Dios nuestro,
y no permitas que las desesperanzas o dificultades
nos desanimen ni nos alejen de tu seguimiento.
Ten Misericordia de cada uno de nosotros
y danos la capacidad de tener una mirada atenta,
y un corazón dispuesto y abierto para lograr verte
y poder sentirte en cada uno de los momentos
en los que Tú, Dios nuestro, te manifiestas
en medio del mundo y en medio de nuestra vida.

Amén

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