Sencillo y generoso



“Mirarán al que traspasaron” 
(Jn 19,37)

Jesús, en su entrega total a la humanidad, lo dio todo.
Su costado traspasado ha quedado abierto a todos.
Su amor no tiene fronteras.
Desde la cruz del amor nos invita a beber en su fuente de gracia y de ternura. 

AGUA Y SANGRE
Agua y sangre.
 Fuentes de vida.
Agua y sangre.
Fuentes de muerte.
Agua y sangre.
Nacimiento y comida.
Agua y sangre.
Así es nuestra suerte.

Me acerco a tu corazón,
Jesús, y me asombro ante tanto derroche de amor sin medida.
¡Gracias, Señor!

Contemplando el sagrado corazón de Jesús, me quedo sin palabras.
Se conmueven las entrañas de mi ser al sentir tanto amor, tanta misericordia.
Quisiera latir con ese mismo latido.
Entrar en su corazón.
Ser uno con Él.

"Que Cristo habite por la fe en nuestros corazones, que el amor sea nuestra raíz y nuestro cimiento.
Que su Espíritu nos una y fortalezca y así logremos abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano."

"Donde está el Espíritu de Jesús, ni las mayores diferencias, serán capaces de desunir.
Y donde no está el Espíritu de Jesús, ni los mayores acuerdos serán capaces de unirnos".
Comunión.
 
Danos tu corazón para que sepamos amar y perdonar como tú.

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón, porque tú no me juzgas, no me rechazas, ni me exiges nada. Sólo me esperas a la puerta, para que cuando regrese, siempre la encuentre abierta.

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón, porque sólo el que ama y recibe al otro, perdona de verdad y tú me aceptas y me quieres tal como soy.

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón y en ella sana la herida de mi alma, porque tus ojos cicatrizan las huellas de mis culpas y debilidades.

Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón, porque te colocas junto a mí, junto a mis heridas, junto a mi dolor.

Jesús, sólo en tu mirada encuentro amor, compasión, calor que quema y apaga mi culpa y mi dolor.

Jesús, sólo en tu mirada encuentro perdón, palabra de aliento, caricia de brisa suave, abrazo de comprensión.

Jesús, tu mirada me libera del peso de mi culpabilidad, de la condena de mis faltas, del rechazo de mis maldades.

Jesús, tu mirada me purifica y tu corazón me santifica y me sana. Jesús, sólo en tu mirada encuentro el perdón.


EN LA FIESTA DEL CORAZÓN DE JESÚS.
Vuelve tus ojos, de amigo y de hermano,
E infunde en nosotros sentimientos de paz,
de fraternidad y de justicia, que son semillas divinas.
Camina por la senda donde los peregrinos caemos
donde los pies vacilantes, dicen ¡basta! y ya no caminan
Donde el rostro se arruga, decepcionado y cansado de la vida.
Piensa, por aquellos que no pensamos más que en lo propio
Por aquellos que sólo miramos el lado humano de las cosas
por aquellos que nos perdemos lejos de Ti
y olvidamos tu semblante afable, feliz y regio.
Bendice, Corazón de Jesús, reflejo del amor de Dios
a los que te buscan y no te encuentran
a los que dudan y vacilan en la fe
a los que lloran sin consuelo ni mano amiga
a los que sólo saben de dolores y caminan bebiendo la copa de la hiel.
Haz, nuestro corazón, semejante al tuyo:
con los mismos sentimientos y donde circule la misma sangre
con el mismo ritmo e igual movimiento
con idéntica salud e inquebrantable fortaleza
con amor sincero y entrega verdadera
con audacia, valentía y mansedumbre
con alegría y paz que, sabemos, son estelas divinas.
Y, cuando las luchas de los días, golpee nuestra carne:
¡Danos la vitamina y el tesón de la fe!
el brillo de la esperanza y el abrigo de la caridad
Que no olvidemos tus santas y buenas promesas:
pon paz en nuestras familias y consuelo en todas contradicciones
Ayuda en el día a día e infunde serenidad en el atardecer de nuestra existencia
Bendice cuantos proyectos emprendamos y perdón por nuestros pecados
Llévanos, cara a cara, con los que están fríos para creer en Ti
Danos alegría y optimismo para todos tus sacerdotes.
Que tu imagen, tu cruz, sea en nuestras casas, en nuestro pecho y en nuestro corazón
Signo de que eres importante para nuestras decisiones
Persona querida en nuestro hogar
Y referencia en nuestro ser, vivir y obrar.
¡Gracias, amigo y Señor!

J.Leoz


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