Unidos en el corazón



“Serán los dos una sola carne” 
(Mc 10,8) 

 Éste es el sueño de Dios: 
Una pareja, un proyecto de vida común. 
Desde el amor, la pasión, la entrega y la libertad. 
Nadie dijo que fuera fácil.
Así es el milagro del amor; no conduce al dominio sino a la comunión. 
Ninguna ley humana puede destruir esta igualdad de hombre y mujer querida por Dios. 
Da tu apoyo a las iniciativas que potencien la igualdad en dignidad de hombre y mujer, la complementariedad de sus dones para un mundo mejor. 

Mirar juntos la vida, vivirla juntos. 
Darse más que dar, día tras día. 
Abrazos entrañables, abiertos a la vida. 
Gracias, Señor, por tu amor. 
Gracias, por cada mujer y cada hombre unidos en el corazón.

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