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El Espíritu de la Verdad



"El Espíritu de la verdad, 
que procede del Padre, 
él dará testimonio de mí" 
(Jn 15,26)  

Las dificultades forman parte de la vida y tendemos a sentirnos abandonados de Dios cuando esto sucede.
Vivir de acuerdo con el evangelio puede traernos incomprensión o simplemente sentirnos fuera de lugar.
Conviene recordar que Jesús ya nos lo había advertido.
No nos juzgarán los malos o descreídos.
Sucede algo peor: nos juzgarán en nombre de Dios.
El discípulo no puede ser más que su Maestro.
- Señor, que te sirvamos en los hermanos.

Jesús deja el Espíritu de la verdad, como un perfume que guía a la verdad completa.
El Espíritu, presente en la comunidad, asegura que el mensaje y la actuación de Jesús son la verdad que da luz al mundo.
Hoy no entres en el juego de la mentira.
Di la verdad y se limpiará el ambiente.
Aprecia a los que dicen la verdad; favorece lo que tenga que ver con la verdad.

Un pensamiento de la Madre Teresa de Calcuta:

"Yo hago lo que tú no puedes y tú haces lo que yo no puedo. 
Juntos podemos hacer grandes cosas".


DAR TESTIMONIO DE TI

En medio de la oscuridad, encontrarte como luz.
En medio de la batalla, buscar la paz que me das.
Dar testimonio de ti.
En medio del dolor, poner en ti la esperanza.
En medio de la tristeza, descubrirte cómo ilusión.
Dar testimonio de ti.

Ven, Espíritu Santo.
Que la mentira del mundo no me alcance.
Guíame a la verdad completa.

“Sin el Espíritu, Dios se ausenta.
Cristo queda lejos como un personaje del pasado.
El Evangelio es letra muerta.
La Iglesia es pura organización.
La esperanza es reemplazad por la institución.
La misión se reduce a propaganda.
La liturgia se congela.
La audacia evangelizadora desaparece”.  



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