Ir al contenido principal

Ver lo bueno en los demás




“El que blasfema contra el Espíritu Santo 
no tendrá perdón jamás” 
(Mc 3,29)  

Si el Espíritu hace transparente la vida, y da la libertad a todos los cansados y decepcionados, si en Jesús se asoma la voz y la presencia del Espíritu, ¿cómo es posible que acusen a Jesús de ser la cara visible en el mundo de Satanás y que, por lo tanto, es enemigo de Dios y del ser humano? 

"Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación" (Papa Francisco, EG).

Convéncete de que sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura y refléjalo en tu vida.  

Es frecuente criticar o ver segundas intenciones en las obras buenas de los demás. 
Creer en la bondad y en la rectitud de intención parece puro infantilismo. 
Jesús habla con dureza de esta manera de actuar. 
Es el peor de los pecados. 
Es realmente triste que seamos capaces de comprender y perdonar a los que obran el mal y seamos tan críticos con los que hacen el bien.

• Señor, que los cristianos sepamos admirar y valorar lo bueno de los demás.

Señor, abre mi corazón
a tu palabra y a tu amor.

Estar abierto es, ante todo,
salir de uno mismo.
Romper la coraza del egoísmo
que intenta aprisionarnos
en nuestro propio yo.

Estar abierto es dejar de dar vueltas
alrededor de uno mismo.
Como si ese fuera
el centro del mundo y de la vida.

Estar abierto es no dejarse encerrar
en el círculo de los problemas
del pequeño mundo al que pertenecemos.
Cualquiera que sea su importancia,
la humanidad es más grande.
Y es a ella a quien debemos servir.

Estar abierto no es devorar kilómetros,
atravesar los mares
o alcanzar velocidades supersónicas.
Es ante todo
acoger a los otros,
descubrirnos, ir a su encuentro.
escuchar nuevas ideas,
incluso a las que se oponen a las nuestras.
Es tener el aire de un buen caminante.

Señor, abre mi corazón
a tus hijos, mis hermanos,
a tu palabra y a tu amor.

Jesús advierte con claridad: “el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca”.
El fuego nunca podrá calentar al que se aleje de él.
Un padre no podrá alimentar a su hijo, si éste se marcha de casa.
Dios no nos salvará a la fuerza, pedirá nuestra colaboración, aunque sea pequeña.
Pecar contra el Espíritu es cerrarse a la acción de Dios.

 “No dejes, Señor, que mi corazón se cierre a ti”

La blasfemia contra el Espíritu Santo es, pues,  presumir y
reivindicar el “derecho” de perseverar en el mal. 
Es un rechazo  al perdón y a la redención que Cristo ofrece.
La blasfemia contra el Espíritu Santo es la obstinación contra Dios llevada hasta el final.
Es negarse deliberadamente a recibir la misericordia divina.

Quien no cree en el amor está muerto espiritualmente.
Quien no cree en el perdón tiene muerto el perdón en su corazón.
Quien no cree en el amor ha dejado de creer en el perdón.
Y quien no cree en el perdón ¿cómo podrá ser perdonado?
Quien ama de verdad perdona de verdad.
Quien no ama ni perdona ni es perdonado.

Con toda razón el Papa Francisco al clausurar el Jubileo de la Misericordia nos recordaba que la Misericordia de Dios no se jubila y nos espera cada día, pero la libertad humana la puede rechazar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...