Ir al contenido principal

El siervo está listo




“Estad en vela, 
porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor” 
(Mt 24,42)
 
El evangelio habla de las actitudes que debemos cultivar mientras esperamos la venida del Señor.
Como no sabemos cuándo será, Jesús anima a comportarnos como servidores prudentes, fieles y atentos a actuar con responsabilidad durante toda la vida.
Cuidando no sólo de nuestra vida personal, sino de nuestra relación con los demás.
Es tiempo de vivir del evangelio con toda fidelidad.

- Señor, danos luz 
para discernir cada día 
qué nos pide la fidelidad a tu palabra.  

La obra maestra la realiza Dios, pero a la persona le toca disponerse para ello.
La oración es una espera del Señor con la puerta abierta y la candela encendida.
Dedica todos los días: unos minutos de oración para poner tu corazón en sintonía con Dios, unos minutos para escuchar a Dios y a los hermanos, unos minutos para atender a los más pobres. 
Estar atentos y vigilantes no es estar preocupados.
Estar atentos y vigilantes es estar con los ojos abiertos y los oídos dispuestos a escuchar.
Hay que  estar con los ojos abiertos para ver.
Hay que estar atento al que pasa.
Solo así podremos invitarle a que “se quede”.
Porque cada vez que Dios pasa por nuestras vidas hacemos banquete.
Cada vez que Dios pasa a nuestro lado se anuncia una nueva vida.
Cada vez que pasa a nuestro lado y le atendemos lo que parecía imposible se hace posible.
Dios nunca pasa inútilmente, siempre que le abramos la puerta.
Pero hay que estar “atentos y vigilantes”.
Señor, no sé a qué hora llegarás.
Pero a la que sea, que yo esté despierto para no hacerte esperar.
Y si estoy ya dormido, no te vayas, sigue tocando a mi puerta.
No importa, puedes despertarme.

Aquí estoy, Señor.
Aguardo tu venida.
Con el oído atento para oír tu voz.
Con el corazón preparado para el encuentro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...