No dejes de anunciar.



“Llamó Jesús a los Doce y los fue enviando 
de dos en dos dándoles autoridad 
sobre los espíritus inmundos” (Mc 6,7). 
 

Los discípulos se ponen en camino revestidos de poder 
para prolongar la actividad de Jesús: 
predicar, curar y expulsar demonios. 
Su estilo de sencillez y desprendimiento 
ayudará a recibir el Mensaje. 

Recrea la llamada que te ha hecho  Jesús en el Bautismo 
y no pierdas ni dejes de anunciar la alegría de los sueños. 
 

Lo que escuchas en la intimidad del corazón, 
en el trato con el Señor, 
llévalo a la vida de cada día.
 

"¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!  Esta mundanidad asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu SantoLa Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita" (Papa Francisco, EG) 
 
Gracias, Espíritu Santo.  

Gracias por el bautismo y la eucaristía, 
que me hacen misionero, creador de espacios para Ti.   


- Líbranos, Señor, de estar excesivamente preocupados 


por nosotros mismos; 

y ayúdanos a vivir pensando en los demás.

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