“Mis palabras no pasarán” (Lc 21,33).
No sabemos ni el día,
ni la hora de los acontecimientos
que
ocurrirán al final de los tiempos.
Jesús nos invita a confiar en su Palabra,
viva y eficaz,
que permanecerá siempre:
antes, durante y después de los signos
que anuncian el fin.
Fíjate en lo que te sucede cada día
y descubre en los
acontecimientos,
grandes o pequeños,
la presencia del Reino de Dios,
que te
invita a vivirlo todo con esperanza.
Enséñame, Señor,
a mirar la vida con tus ojos,
a ver las
cosas, como Tú las ves.
Dame luz para ver las semillas de vida
que ya están
brotando en el mundo.
Comentarios
Publicar un comentario