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Tú eres, oh Cristo,
Mi Padre Santo, mi Dios Misericordioso,
Mi Rey poderoso, mi Buen Pastor,
Mi Único Maestro, mi mejor ayuda,
Mi Amado hermosísimo, mi Pan vivo,
Mi Sacerdote por la eternidad,
Mi Guía hacia la Patria,
Mi Luz verdadera, mi dulzura santa,
Mi Camino recto, mi Sabiduría preclara,
Mi humilde simplicidad, mi concordia pacífica,
Mi protección total, mi rica heredad,
Mi Salvación eterna....
¡Cristo Jesús, Señor amabilísimo!
¿Por qué habré deseado durante la vida algo fuera de Ti, mi Jesús y mi Dios?
¿Dónde me hallaba cuando no pensaba en Ti?
Anhelos todos de mi corazón,inflámense y desbórdense desde ahora hacia el Señor Jesús;
corran, que mucho se han retrasado,apresúrense hacia la meta,busquen a quien buscan.
¡Dulce Jesús, que todo buen corazón dispuesto a la alabanza,
Te ame, se deleite en Ti, se admire ante Ti!
¡Dios de mi corazón!
¡Herencia mía, Cristo Jesús!
¡Desfallezca el latir de mi corazón!
Vive, Señor, en mí;
Enciéndase en mi pecho la viva llama de tu Amor,
Acrézcase en incendio;
Arda siempre en el altar de mi corazón,
Queme en mis entrañas,Incendie lo íntimo de mi alma,
Y que en el día de mi muerte
Comparezca yo consumado en tu Presencia.
Amén.
San Agustín

Comentarios

  1. Muchas gracias por este texto.San Agustín es especial.Me gusta mucho, Gracias de nuevo, Catalina

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SAN JOSÉ

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