MONSEÑOR ÓSCAR ROMERO. Un testimonio de fe para la Iglesia
ORACIÓN QUE REZABA CON DEVOCIÓN EL ARZOBISPO ÓSCAR ROMERO:
“Cristo, Dios mío, te humillaste para cargarme sobre tus hombros, como oveja perdida, y me apacentaste en verdes pastos; me has alimentado con las aguas de la verdadera doctrina por mediación de tus pastores, a los que tú mismo alimentas para que alimenten a su vez a tu grey elegida y excelsa.
Por la imposición de manos del obispo, me llamaste para servir a tus hijos. Ignoro por qué razón me elegiste; tú solo lo sabes.
Pero tú Señor, aligera la pesada carga de mis pecados, con los gravemente te ofendí; purifica mi corazón y mi mente.
Condúceme por el camino recto, tú que eres una lámpara que alumbra.
Pon tus palabras en mis labios; dame un lenguaje claro y fácil,
mediante la lengua de fuego de tu Espíritu, para que tu presencia
siempre vigile.
Apaciéntame, Señor, y apacienta tú conmigo, para mi corazón no se desvíe a derecha ni a izquierda, sino que tu Espíritu bueno me conduzca por el camino recto y mis obras se realicen según tu voluntad hasta el último momento”.
Oración de San Juan Damasceno, presbítero (Damasco, 675 - Jerusalén 749).
Apaciéntame, Señor, y apacienta tú conmigo, para mi corazón no se desvíe a derecha ni a izquierda, sino que tu Espíritu bueno me conduzca por el camino recto y mis obras se realicen según tu voluntad hasta el último momento”.
Oración de San Juan Damasceno, presbítero (Damasco, 675 - Jerusalén 749).
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