La alegría es el verdadero regalo de Navidad.

“La alegría se debe compartir siempre. 
Una alegría se debe comunicar. 
María corrió inmediatamente a comunicar su alegría a su prima Isabel. 
Este es el verdadero compromiso del Adviento: llevar la alegría a los demás. 
La alegría es el verdadero regalo de Navidad. 
Esta alegría podemos comunicarla de modo muy sencillo: con una sonrisa, con un gesto bueno, con una pequeña ayuda, con un perdón. 
Llevemos esta alegría, y la alegría regalada volverá a nosotros. 
En especial, tratemos de llevar la alegría más profunda, la alegría de haber conocido a Dios en Cristo. 
Pidamos para que en nuestra vida se transparente esta presencia de la alegría liberadora de Dios”.
Benedicto XVI

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