Estamos de fiestas patronales, celebramos al Apóstol San Bartolomé. La fe se fortalece dandola, decía nuestro querido Juan Pablo II, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos. El Apostól entrego su vida por el Evangelio de su Maestro, por eso es luz que alumbra a todos aquellos que queremos seguir a Cristo en estos días.
Tener a San Bartolomé como patrón nos ayuda a caminar tras las huellas del Señor. en estos tiempos difíciles para la fe el Apóstol nos da animo para que no desfallezcamos en nuestro seguimiento.
Pocas noticias tenemos sobre el Apóstol. De él cuenta el Breviario Romano:
El apóstol Bartolomé, que era de Galilea, se dirigió a India, que le había tocado en suerte para la evangelización cuando se distribuyeron el mundo.
Predicó a esos pueblos la verdad del Señor Jesús según el Evangelio de San Mateo. Después de haber convertido a muchos a Cristo en esa región, soportando no pocas fatigas y venciendo muchas dificultades, pasó a Armenia... en donde
llevó a la fe cristiana al rey Polimio y a su esposa, y también a doce ciudades;
pero estas conversiones suscitaron fuertemente la envidia de los sacerdotes
locales, a los que logró azuzar de tal manea el hermano del rey Polimio,
Astiage, que dio la orden cruel de despellejar a Bartolomé, y después decapitarlo».
Bartolomé (que significaría hijo de agricultor) «Natanael» (que significaría «Dios ha dado» o «don de Dios»). de las dos maneras aparece en los Evangelio.
Que el hijo de agricultor sea para todos nosotros un don de Dios, un regalo para los que queremos ser fieles como él a Nuestro Señor Jesucristo.
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