En camino


«Cuidad de no practicar vuestra justicia 
delante de los hombres para ser visto por ellos» 
 (Mt 6,1-6.16-18)

«En este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a ‘subir a un monte elevado’ junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis». 

No practicar la justicia delante de los hombres para ser vistos. Hacer en el silencio, la discreción, lo secreto. Sin tocar trompetas, sin tener en cuenta, sin tristeza. El Padre que ve en lo secreto, que está en lo secreto, que está en lo escondido, recompensa.

Cuaresma es camino y es silencio, es reflexión y es perfección, es mirada que busca en la luz un horizonte. Comenzamos la preparación a la gran fiesta de la fe: ¡LA PASCUA!

El Miércoles de Ceniza abre ahora el tiempo litúrgico de la Cuaresma. El rito de la ceniza esparcida sobre nuestra cabeza es un símbolo austero de nuestro camino espiritual que se expresa en el ayuno, la oración y la limosna, con el corazón renovado hacia la Pascua.

La ceniza nos recuerda nuestra fragilidad y nuestra miseria, no para hundirnos, sino para llenar nuestra nada con el todo del amor de Dios. Es tiempo de adentrarse en el desierto para despojarnos de ídolos, cadenas y falsas seguridades a fin de resituarnos existencialmente.

«Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña» (Francisco)

Comenzamos un camino. El camino es la Cuaresma y la meta el encuentro pascual, reconocer con claridad y verdad que Él es el Señor

La Cuaresma es una invitación de Jesús a estar más cerca de Él. Es un tiempo de entrenamiento, de preparación para creer, esperar y querer cada día más. ¿Te animas?

Comienza un tiempo de conversión y confianza en la misericordia de Dios, propicio para romper con la religiosidad farisaica, llena de apariencias y vacía de contenido. Es preciso volver a lo genuino y principal, y cambiar nuestra relación con Dios, con los demás y con uno mismo.

Comienza la Cuaresma, tiempo de interiorización, de reflexión, de contacto con la vida, de cambio… Y para cambiar y mirar de nuevo al frente solo se necesita tener un corazón dispuesto a amar y una mente con la decisión firme de poner todo en manos de Dios.
Tiempo de penitencia es la Cuaresma, pero no olvidemos que el sacrificio no procede de la privación de cosas, sino de la vida que se entrega por Dios en el servicio a los hermanos.

Que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestro ascenso con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.

¡Buen inicio de cuaresma, buen camino hacia la Pascua!

Distinto

Distíngueme, Señor,
ponme tus señas
en medio de la frente,
que no sea un número cualquiera,
un trozo solo de identidad
perdida confundiéndose.
Márcame bien los ojos,
traza un signo de ternura
en mis manos,
que las huellas de mis pies
al andar marquen tu paso
desigual y perfecto por la tierra.
No consientas que borren estas voces.
Que anulen mi palabra,
que me pierda anónimo
y sin luz, sin yo ya propio.
Tan libre quiero estar,
tan en mí mismo
lejos de los senderos uniformes,
que estoy contra mí mismo
y contra todos.


(Valentín Arteaga)


 

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