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En lo secreto

 


“Cuando ayunes, 
perfúmate la cabeza
 y lávate la cara”
 (Mt 6,17) 

Comienza la Cuaresma. Tiempo para renacer de las cenizas, de ponernos en camino, de soltar mediocridades ambigüedades y apegos, de dejarnos hacer de nuevo en las manos del Alfarero.

Llega la cuaresma en el mejor momento. Porque de veras necesitamos adentrarnos en el desierto, descifrar engaños, tomar el evangelio en serio, y cargar con la cruz… sin pataletas ni rebajas.

Comienza el camino de Cuaresma bajo la mirada del Padre y a la luz del Evangelio. Jesús es buen compañero y el Espíritu Santo excelente guía. El lenguaje que Dios más oye es el callado amor. Unámonos en el camino del bien, en la oración, en el amor fraterno. Nos brotará una alegría grande y la necesidad de compartirla.

Comenzamos hoy la cuaresma como una invitación a vivir desde dentro. Hay demasiada sobreexposición, demasiado exhibicionismo en nuestros actos, poses y opciones. Vivir desde el interior, en lo escondido, sin focos, ni aplausos nos introduce en la libertad y amor propios de Jesús.


 

'El Señor, que ve en lo escondido, te recompensará' Un anonimato que engrandece las tareas de cuaresma -ayuno, limosna y oración- y al que las hace no ante los hombres sino ante Dios. Nos conducen al encuentro: conmigo mismo, con los hermanos y con Dios.

Queremos vivir la fe sin alardes, con sencillez y profundidad. Es Cuaresma, nos disponemos a seguir los pasos de Jesús. ¡Para ser auténticamente cristianos!

Hoy se nos ofrece una posibilidad de cambio. Pero para ello, algo distinto tendrás que hacer. Jesús advierte de lo que hay que cuidar para vivir en autenticidad. Limosna que no busca reconocimiento sino compartir. Oración que no necesita ser vista, sino vivida en la intimidad. Ayuno que no se demuestre, sino que sea renuncia y gratitud.

Ayunar no sólo del alimento del cuerpo. Ayunar de ambición, de poder, egoísmo, rencor, malhumor y pesimismo. Ayunar de discusiones estériles, miradas torvas y palabras hirientes... Ayunar. Dejar hambriento y sin fuerzas al ego. Nutrirse solo del bien, del amor. Silenciar. Orar.

Que la ceniza de hoy te anime a proponerte un cambio a tus costumbres y rutinas. Que la Cuaresma te acompañe...

Padre, que el amor que has sembrado en nuestros corazones nos una a los hermanos en este camino hacia la Pascua.

 


Oremos Juntos por Ucrania.

Elevemos juntos un grito: ¡Nunca más la guerra, nunca más el rugido de las armas, nunca más tanto sufrimiento! No dejemos de rezar, es más, supliquemos a Dios con mayor intensidad. ¡Ven, Señor, Príncipe de la paz, haznos instrumentos y reflejos de tu paz!

Señor, Dios de paz, ¡escucha nuestra súplica! Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía de decir: ¡Nunca más la guerra! ¡La guerra destruye todo! Infúndenos el valor de construir la paz. Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para que tomemos con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, de modo que finalmente triunfe la paz. Amén.

Francisco


 

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