INMACULADA

 

 

Feliz día de Nuestra Madre Inmaculada. Aquella que supo escuchar a Dios, haciendo de su vida oración confianza y comprensión.

 Prepara tu corazón para, como María, recibir en tu morada la luz más clara, el amor más grande, la paz más duradera. El mismo Espíritu que a ella la inundó solo necesita tus puertas abiertas de par en par para llenarte de vida y vida en abundancia...
 
 Fuiste diseñada para ser Madre de Jesús y Madre nuestra: Concebida Sin Mácula = Espejo de Amor sin medida ... Haznos verdaderos hijos tuyos.

Sencillamente te llamamos: Mamá! Dibuja en nosotros los trazos que nos asemejen a tu genética espiritual. Felices los que tienen hambre y sed de santidad, porque serán saciados.


'Pasa, Señor, adelante. Mi casa es tu casa, mi corazón el tuyo, mi proyecto para ti, mis miedos descansan en tu voluntad, mis dudas en tu verdad... Pasa, Señor, adelante, llena la casa de tu esclava'. Y su vida se llenó de luz, y el mundo de ternura.
 

María dijo SÍ y cambió la Historia del mundo. Un SÍ sin condiciones ¿Y tú? ¿Estás dispuesto también a decir SÍ?

María se preguntaba quién querría sumarse a su sí. No imaginaba que, tras aquel primer Adviento, muchos hombres y mujeres abrirían su corazón a ese mismo Espíritu, forjando nuevos sueños y esperanzas. Y hoy yo también quiero sumar mi sí al de ella.


 

 

 

 

 

Virgen María, te sentimos tan cerca, siempre atenta a lo que necesitamos… 

Por eso, queremos darte un ¡GRACIAS! muy grande que brota desde lo más profundo de nuestros corazones.

¡Gracias María!, por llevarnos de la mano al encuentro de tu hijo, Jesús.

¡Gracias María!, por nuestras familias, amigos y vecinos del barrio.

¡Gracias, María!, por nuestra comunidad parroquial.

¡Gracias, María!, por el alimento que recibimos cada día y compartimos.

¡Gracias, María!, por todos los que nos acompañan en el camino de la vida.