Ir al contenido principal

HOY QUISIERA SER PASTOR

 


 “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.
(Jn 1,1-18)

Cada niño que nace trae un mensaje de Dios para la humanidad.        
Nos habla de su inmenso amor, de su ternura.        
Abre nuestro corazón a la esperanza.        
Nos dice que confía en nosotros para construir un mundo nuevo.      
Es una apuesta renovada por la vida.                  
Cada niño es un tesoro que cuidar.

Navidad.           
Nace un niño.    
Qué enorme misterio de amor y cercanía de Dios con el hombre.     
El creador hecho criatura.                 
El que todo lo puede, asumiendo nuestra fragilidad.
Un Dios humanizado.      
Una vía de acceso al cielo.                 
Un puente para la eternidad.



"La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo"
Que en  Navidad descubramos que no hay otra verdad que la que nace en la sencillez y la humildad de un corazón sincero. Sólo así es Navidad.

Contempla el misterio de Belén. Siente el calor y la luz que surgen del Dios-con-nosotros y que llena el mundo de amor y paz.
A pesar de los años y las rutinas, déjate sorprender porque Dios ha puesto su tienda entre nosotros por pura gracia, y se ha hecho compañero de camino.

Dios que nace, que se hace HOMBRE en la HISTORIA, en una familia, en un HOGAR... y es HOY, ahora y aquí para siempre.

La entrañable misericordia de Dios se derrama en este mundo, y queda atrapada en el cuerpo de un bebé.
Un niño.
Pequeño, débil, vulnerable.
Un niño.
Ternura, dependencia.
Un niño.
Salvación, liberación, paz.
Un niño...
Dios nos visita.

Dios viene al mundo como hijo para hacernos hijos de Dios.
¡Qué regalo tan maravilloso!
Hoy Dios nos asombra y nos dice a cada uno:
“Tú eres una maravilla".(Francisco)

Dios viene a habitar entre nosotros, pobre y necesitado, para decirnos que sirviendo a los pobres lo amaremos.

Un corazón cálido, generoso, comprometido es el mejor lugar para acoger al Niño que acaba de nacer.
¡Seamos, cada uno de nosotros, un buen Hogar para Dios hecho Niño!
Feliz Navidad 
 
 
HOY QUISIERA SER PASTOR
Ser el primero en llegarme hasta Ti, Señor
Y bendecir tu Nombre
Y arrodillarme con lo todo lo que soy, pienso y tengo
Y postrarme, sabedor, de que mi corazón a veces anda demasiado perdido en las montañas del mundo.
HOY QUISIERA SER PASTOR, SEÑOR

Y, en medio de la noche fría, que fueran mis palabras calor en tu regazo
Y, que en la oscuridad y silencio de tu Nacimiento, fuese mi FE lámpara que iluminase las sombras y los rostros de este establo
.
¿ME DEJAS SER PASTOR, SEÑOR?
No tengo más riqueza que la vida que Dios me ha dado
Ni más dulce, que la alegría de tu alumbramiento
Ni más apoyo, que el saber que Tú has venido a nuestro lado

HOY QUISIERA SER PASTOR, SEÑOR
Por ello mismo, he dejado los valles de mi comodidad
Porque, la noticia que tus Ángeles me han dado, ha rebasado con creces, la importancia de todo lo que yo estaba haciendo

¡DÉJAME SER PASTOR, EN ESTAS HORAS, MI SEÑOR!
Me ha costado esfuerzo llegar hasta Belén
Me he perdido por otros senderos con los que el maligno me tentaba para alejarme de tu sendero.
Pero lo importante, Señor, es que he tocado tus divinas sienes; que he alcanzado ese rincón del amor y de ternura que, los tiempos antiguos, nos anunciaron y los cuales reyes, patriarcas y profetas...desearon vivir.

¡QUIERO SER PASTOR, SEÑOR!
Y cuidarte en esta Noche Santa como quien sabe, que de su rebaño, eres el más bello Cordero que, entre maderas nació, y en dos maderos se desangrará hasta morir por dar al hombre, un eterno vivir.
¡DEJAME, TE LO RUEGO, SER UN PASTOR!
Y, a cambio de mi adoración y confianza,
dame, Tú Señor, lo que es tu gran tesoro y secreto:
Amor y solo amor de Dios.

Javier Leoz



Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...