Un bebé que trae buenas noticias

"Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS” 
(Jn. 1, 14).  


¡Cristo ha nacido!
La luz ilumina nuestro corazón, nuestra vida la tuya y la mía, no la guardemos, ni la escondas bajo el celemín, ponla en lo alto para que alumbre a todos los de casa, los amigos, aquellos con los que compartes tu vida, cerca o lejos, con los que te cruzas en el día a día.
Luz que alumbra toda oscuridad, luz que calienta nuestros fríos y tibiezas,  luz que acoge, ama, acompaña.
Luz que es vida.
Lleva esta luz a todos los rincones del mundo, no la apagues compártela Dios ha nacido gritarlo al mundo.
Una y otra vez la belleza de la Navidad toca nuestro corazón, una belleza que es el esplendor de la verdad y la ternura.
Una y otra vez nos conmueve el hecho de que Dios se hace niño, para que podamos amarlo, para que nos atrevamos a besarlo, abrazarlo en nuestras manos.
Aquel 'ven' que gritaba la humanidad, el 'hágase' de María... han sido escuchados por Dios, ha venido para 'acampar entre nosotros'.
Es verdad, es un Niño, está en un pobre portal solo necesita que esté abierto.
¿Dónde acogerás al Niño?
Ningún sitio mejor que un corazón cálido, generoso, comprometido. 
¡Seamos un buen Hogar!

También hoy, en los entresijos de nuestra historia –en nuestros gozos y esperanzas, en nuestras tristezas y angustias–, la Palabra quiere hacerse carne, para revelarnos el amor del Padre, que nos quiere como somos, nos hace hijos suyos y nos salva.
La Palabra hay que escucharla, entenderla, comprenderla.
En la Palabra hay Vida y Luz, esto es lo interesante.
Esto es lo que nos llena, nos marca el camino y nos acompaña; en Ella podemos confiar.
Dejémonos seducir por estas Palabra en forma de Niño; totalmente indefenso pero lleno de Vida por su ternura, por su sencillez, por su amor.
La Palabra se ha hecho niño.
Y llanto.
Y sonrisa.
La del bebé que trae buenas noticias.
La de quienes, mirándolo, recobran la esperanza.
Luego se hará verbo, llamada, bienaventuranza, milagro, resistencia, muerte y resurrección.

“Que cada nueva Navidad nos encuentre más sencillos, más humildes, más santos, más caritativos, más alegres, más llenos de Dios...
Este es el tiempo de la inocencia, de la pureza, de la ternura, de la alegría, de la paz ” 
San John Henry Newman
¡FELIZ NAVIDAD!

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