Ir al contenido principal

'Manso y humilde de corazón'




"Tomad mi yugo 
sobre vosotros 
y aprended de mí, 
que soy manso 
y humilde de corazón"
(Mateo 11, 28-30).  

Las verdaderas lecciones de vida no están en los libros.
El aprendizaje que transforma la vida está en poner el cansancio y agobio en Quien sabe aliviarlo.
Descubrir y aprender la mansedumbre y la humildad es encontrar el descanso, la sabiduría y la felicidad.

Busca momentos de paz en medio de tu rutina diaria para orar y descansar.
Abre tu corazón a Jesús y enséñale los cansancios de tu vida. 
Deja que la fuerza de su Espíritu reponga tus fuerzas, toque tus heridas, alivie tus cargas.
Descansa en Dios. 
Déjate querer por el Señor.

Él es el verdadero Maestro: paciente, tranquilo, apacible, no pierde la paciencia, sabe acompañar.
Que es sencillo, que sabe reconocer el éxito de los demás, que no le interesan las medallas...
'Manso y humilde de corazón'

No podemos pretender que nuestros problemas desaparezcan sin más.     
Pero, si los vivimos con Cristo a nuestro lado, los veremos desde otra perspectiva, con paz y serenidad.      
No pidamos menos carga sobre los hombros, sino fortaleza para saber llevarla.

Con Cristo, el yugo "opresor" de nuestras heridas y contrariedades, de nuestras angustias y sufrimientos, de nuestros cansancios y desánimos, se transforma en yugo "suave" de reposo y de libertad, de gozo y alegría, de amor y vida eterna.


Mirar a María para hacer realidad su Palabra, el que está viniendo.
'Encontraréis descanso'.

Ven Señor Jesús

Ven Señor Jesús, para que podamos ir hacia ti
como hermanos tuyos y nos hagas participar
del misterioso y gran de tu Padre.
Ven Señor Jesús, para que podamos conocer el camino
que nos lleva a aprender de tu mansedumbre fiel
y de la humildad serena y fuerte de tu corazón.
Ven Señor Jesús, porque no son nuestros méritos
lo que mueve tu corazón a amarnos
sino nuestros cansancios y debilidades.
Ven Señor Jesús, colócanos tu yugo suave
que no nos aplasta sino que nos anima a seguir andando.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...