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Sin ti, nada, Señor,




"Con esto recibe gloria mi Padre, 
con que deis fruto abundante" 
(Jn 15,8)  

La gloria del Padre consiste en que todos vivamos en plenitud, pero la violencia de unos contra otros oscurece su rostro.
Cuando los discípulos de Jesús dan fruto alegran el corazón del Padre, cuando son lugares de comunión hacen brotar una sonrisa en los ojos del Padre, cuando ven a cada persona como un don dan gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Alégrate con las personas que viven cerca de ti.
Gózate con sus éxitos.
Haz lo que puedas para que crezcan en calidad de amor y sean felices.

Cuando veo las maravillas que haces, quiero danzar para Ti, mi Dios, con todos mis hermanos de la tierra, al son de la música universal del amor.  
También hoy soñaré con la nueva humanidad, Señor.
También hoy pondré mis manos en la tarea. 
Tu relación con Dios crece por la oración y su Palabra

Para el hombre moderno la afirmación: "sin mí nada podéis hacer", puede resultar un tanto exagerada. 
No es exageración es una gran realidad. 
Hacemos mil cosas, nos desvivimos por los demás. 
Hacer por... siempre nos da seguridad e importancia.
Cuando "este hacer" es en nombre de Cristo y sintiéndonos unidos a él, tal vez nos parezca que hacemos poco o nada, pero engendramos vida y enriquecemos y nos enriquecemos.

Separados de ti nos secamos.
Unidos a ti nos llenamos de vida.
Tú, la vid.
Nosotros, los sarmientos.

"El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante".

De una vida interior unida siempre a ti nacen frutos de bondad, solidaridad, perdón y paz.

SIN TI, NADA, SEÑOR
Siento que soy algo, y resulta que soy poco y nada y, después de afirmarlo, veo, Señor, que me creo, grande e imprescindible
¿Cuándo entenderé que, sin Ti, no hay luz ni vida?
¿Cuándo comprenderé que, si me separo de Ti, mi vida es fracaso, cruz, pena sin gloria?
Sí; Señor.
Sin Ti, aunque no me lo crea a veces, siento que soy nada y que me aguarda la nada
Perdóname por las veces que rompo contigo
Por aquellos momentos en que, siendo solo hombre, alardeo de ser un “dios” pequeño.
Perdón, mi Señor, vid del sarmiento de mi vida: por presentarte frutos de segunda o de tercera, cuando tu esperabas de mi vida…algunos de primera
Acompáñame, Señor, y aliméntame con tu Palabra: que sea savia que corra por mis venas cristianas
Auxíliame con tu Gracia, y corta todo aquello que hace estériles mis caminos.
SIN TI, NADA, SEÑOR
Es imposible dar lo que uno no tiene
Es difícil regalar lo que uno quiere para sí
Es utopía ver al otro como hermano, siendo adversario
Mas, contigo, Señor uno ofrenda hasta lo que no tiene no  mide lo que su mano enseña y,  antes que odio, sé  que he de contestar con un amor sin límites.
Ayúdame, Señor,
a  permanecer unido a Ti: TU ERES LA VIDA
a  pensar unido a Ti: TU ERES EL PENSAMIENTO
a  caminar unido a Ti: TU ERES EL CAMINO
a  trabajar unido a Ti: TU ERES EL FUTURO
a  amar unido a Ti: TU ERES EL AMOR
a  mirar hacia el cielo: TU ESTAS EN LA ETERNIDAD
SIN TI, NADA, SEÑOR…

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