"Sed misericordiosos"



“Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” 
(Lc 6,36)  

La misericordia es la forma que tiene el Espíritu de mirar nuestra debilidad.
Cada vez que nos equivocamos nos recuerda que la compasión es lo que mejor desvela el corazón del Padre.
Pase lo que pase, nos dice, Dios nunca se cansa de perdonar y nos permite comenzar de nuevo.
Déjate hoy alcanzar por la mirada llena de amor del Padre, vuelve a él de todo corazón.   

Espíritu Santo, muévenos a la compasión y a la ternura.

“La medida que uséis, la usarán con vosotros.”
Sed compasivos...
No juzguéis...
No condenéis...
Perdonad... 
Dad...
¿Cambiaría así la realidad?
El cristianismo puede ser realmente subversivo.
NO LIMITS.
Para mí que Jesús se ha vuelto loco.

"Sé compasivo; no juzgues; no condenes; perdona; da.
La medida que uses, la usarán contigo."
Palabras de Jesús.
¿Se puede afinar más?
¿Se puede decir más claro?
Que esas palabras interactúen en el corazón.
Su misión es la de seguir sanando.

Quién soy yo para juzgar y mucho menos condenar a nadie si no camino en sus zapatos.
Dios respeta la libertad de cada persona confiando y esperando que volvamos a Él.
Para cada uno hay un camino.

Jesús se manifiesta en nuestra vida cada día, en cada detalle.
Solo que a veces tenemos el corazón demasiado cerrado para darnos cuenta de ello …

Coloquio de compasión

Inclínate sobre mí, Oh Dios,
según tu amor y fidelidad,
por tus entrañas de misericordia
borra mi delito.
(Ps 51, 1)

Señor, tu sabes que deseo ser expresión de tu compasión entre las personas con las que me relaciono. 
Quisiera que mi vida fuera un signo claro de tu compasión. 
Pero para eso…
…necesito sentir cómo tú te inclinas sobre mis limitaciones, necesito sentir tu grandeza en mi pequeñez;
…necesito experimentar tu fidelidad a prueba de mis infidelidades, sentir la claridad de tu mirada que ilumine mi oscuridad;
…necesito dejarme acariciar con la ternura de tu abrazo maternal, para sentir la seguridad que sólo tu amor me puede ofrecer.

Sólo entonces, sintiéndome muy amado por ti, podré ser cauce que lleve las aguas de tu amor por los meandros de la vida; podré reblandecer la dureza de la vida de muchos, con tu compasión; podré limar las asperezas de la vida de muchos, con tu misericordia.

Rescátame del círculo del juicio que levanta con orgullo alguna piedra.

Rescátame, Señor, que yo no soy mejor.

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