El signo de Dios



“Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del Hombre para esta generación” 
(Lc 11,30)   


La grandeza de Dios se manifiesta en lo más sencillo y pequeño.
¡Aprende a descubrirlo!

Cuando me miro a la luz del Evangelio veo que hay muchas actitudes que aún no he hecho mías: el perdón, la compasión, el no juzgar, la humildad...
Es tiempo para ahondar en mis raíces; para ser más radical en el amor.

El profeta Jonás podría ser nuestro patrón.
Dios se hace presente en nuestra vida en cada momento y seguimos buscando prodigios o pidiendo que las cosas cambien sin observar si realmente Dios ha respondido a nuestra petición.
Nos cuesta entender que Dios hace salir el sol sobre buenos y malos.
Jonás no admitía a los gentiles.
Nos cuesta aceptar a los que no piensan como nosotros.

- Señor, que no huya de Ti.

El profeta Jonás representa a los judíos que pensaban que la bendición de Dios únicamente era para el Pueblo Elegido. 
Jesús recuerda a sus oyentes que nadie tiene preferencia.
Comprenderá el mensaje y verá auténticos milagros quien esté dispuesto a cambiar de vida y dar testimonio del evangelio. 
En la actualidad ser cristiano es poco valorado.  

Sólo podemos convencer a «esta generación» por nuestro estilo de vida y por nuestra capacidad de acogida.

EL SIGNO DE JONÁS
Buscarte.
Querer tocarte, oírte, verte.
 Incluso someterte.
Querer hacerte hablar según mi voluntad.
A mi manera, con mi impaciencia.
Pero el que de ti se fía tiene sólo esta garantía:
tu Palabra y tu persona.
Y eso sobra.

• Señor, crea en mí un corazón puro.

"Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme".
La firmeza es don en medio de tanto líquido que se diluye y diluye, y se pierde.
El espíritu firme es espíritu libre.
Mantén vivos, colgado de una rama, atención, equilibrio y armonía.
Eres rocoso.
No creo que Dios quiera el sufrimiento, la destrucción o la muerte de nadie.
Creo que nos da mil y una oportunidades para cambiar, para convertirnos, para volver a Él. 
Creo en su misericordia.

El Espíritu llena el mundo de signos para que todos conozcan a Jesús.
Jesús es la señal siempre nueva.
Abre hoy tus ojos para verlo.
Alégrate de su modo de tratar a los pecadores, de sus gestos de cercanía hacia los enfermos, de su alegría al encontrar a gente limpia de corazón.  

Que todos te conozcan y te amen, Jesús. 

El signo de Dios es su perdón y misericordia

Todo lo de Jesús es vital: su forma de tratar a los pobres, sus gestos, su coherencia, su entrega total.   

Donde tú estás Jesús, siempre hay vida. 
Tú eres la respuesta a nuestras necesidades más profundas. 
Tú estás presente en nuestra tarea misionera.   

Se necesitan cristianos valientes, comprometidos. 

Que sepan ofrecer la alegría del Evangelio en nuestro mundo  

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