“MI HORA ESTÁ PRÓXIMA”




“¿Qué estáis dispuestos 
a darme si os lo entrego?” 
 (Mt 26,14). 
 

Dios triunfa hasta en eso que parece derrota


Llega la hora negra de la traición y de la venta del inocente.
 ¿Cuánto vale una vida? 
¿Cuántas personas privadas de la libertad, mercantilizadas, reducidas a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica? 
Dios nos pedirá a cada uno de nosotros: 
¿Qué has hecho con tu hermano?   


Sé, Señor, que si yo te entrego mi vida, 
tú me darás la tuya por entero. 
Ayúdame a pasar de la indiferencia a la solidaridad y fraternidad.    

Judas es un personaje que nos hace pensar. 
Jesús le conocía y le permitió llegar hasta el final.  


El sufrimiento de la traición de Judas destroza el Corazón de Cristo en mil pedazos. 
Un amor traicionado por el amigo, elegido como todo los apóstoles en la noche de su oración y traicionado en la noche de la pasión.
Creo que solo podremos entenderlo si pensamos en la parábola de la oveja perdida. 
Jesús fue muchas veces a buscar a Judas y éste tal vez intentó cambiar. 
Cuando Jesús nombró a Pedro como responsable del grupo, a Judas se le cayó todo encima:
"Jesús no había contado con él. Todo había sido un engaño." 

Quien no sabe encontrar el amor y el reconocimiento en el día a día acaba perdiéndolo todo como Judas.


Piensa cuánto paga Dios por ti 
y pregúntate cuánto pagarías tú por Él.


El vino a pagar una deuda que no tenía 
porque yo tenía una deuda que no podía pagar..



Levanta del sofá: ponte en camino. 
Camina para anunciar, para servir. 
¡Sé testigo de Cristo!


- Señor, ten piedad de mí.


Señor: te vendieron bien barato.
Señor: que no venda yo mi vocación tan barata.
Señor: que no venda mi vida de gracia tan barata.
Señor: que no venda mi santidad tan barata.
Señor: ¡cuánta basura hemos escondido en la Iglesia en los últimos, escondiéndola bajo lujosas alfombras y lindos sermones y lindos capisayos!
Señor: Tú ves la verdad de mi corazón.

Te ruego que, no solo me aguantes, sino que lo calientes con el Don de Espíritu.

Señor, nos duele 
que la dignidad humana sea pisoteada, 
a través del engaño, 
la amenaza y el uso de la fuerza.

Ilumina a quienes compran y venden a otras personas; 

a las que con sus decisiones 
provocan graves sufrimientos. 
Ayúdales a darse cuenta de la gravedad 
de sus injustas acciones. 
Haz que vean y respeten el valor 
y la dignidad de todo ser humano.

Señor de la Vida, ayuda, 

sobre todo, a todas las víctimas; 
cura sus heridas 
con el aceite del consuelo y la esperanza. 
Dales fuerza para que puedan rehacer sus vidas.

Señor, Dios de la misericordia, 

danos valentía para denunciar y protestar 
contra la práctica humillante 
de la trata de los seres humanos 
y contra todo atropello de la dignidad humana. 
Llénanos de la sabiduría y del valor necesarios 
para ser solidarios con las víctimas. 
Danos la gracia de trabajar contigo 
en la construcción de un mundo más fraterno.

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