Ir al contenido principal

El Señor conoce nuestras debilidades


“Te aseguro que no cantará el gallo 
antes que me hayas negado tres veces” 
(Jn 13,38).  

Jesús sabe que lo van a entregar y a negar los amigos; antes se sienta con ellos a la mesa, parte para ellos el pan y derrocha su amor sin medida en la cena.
La negación de Pedro ahonda en su dolor de pasión. 
Tanto amor despreciado.
Pedro quedará herido y con un corazón en carne viva, hasta que desde su profunda humillación, encuentre el retorno al hogar de su Corazón por medio de la misericordia.
Los heridos hieren, los reconciliados reconcilian y solo hay un secreto volver..

Regálame la certeza de tu presencia, Señor, 
y mis labios dirán que te amo.   

Vivirla traición de un amigo y que sea él quien te lleve a la muerte, añade un plus al dolor.  

Como Judas, tú también podrías traicionar a Dios
Piensa por un momento: ¿dónde están tus traiciones del día a día? ¿de verdad que eres 100% sincero?

Jesús al aceptar su pasión, asume las condiciones peores que cualquier persona humana puede sufrir. 
En algunas pinturas rumanas Judas sale y vomita el pan recibido. Cuando el contacto con Jesús no da vida, nos metemos en un camino sin salida.

• Señor que mis intereses no me lleven a disimular mi cristianismo.

Gracias, Señor, porque nos amas hasta esconder nuestro pecado.
Gracias, Señor, porque no quieres descubrir la bajeza de nuestro corazón.
Gracias, Señor, porque quieres ser siempre el que va por delante abriendo caminos.
Gracias, Señor, porque conoces nuestras debilidades.
Pero ¿me quieres decir qué sentía en esos momentos tu corazón?

La debilidad de Judas y de Pedro nos ayuda a situarnos antes nuestra debilidad:

Señor, no me gusta ser débil. 
No me gusta tener una salud quebradiza. 
No me gusta equivocarme. 
No quiero depender de nada, de nadie. 
Tampoco me gusta depender de ti, Señor. 
Lo reconozco. 
Pienso que todo habría sido mejor sin los defectos y faltas que me avergüenzan.
Tú, sin embargo, Señor, amas mi debilidad, me pides que te ofrezca mi debilidad. 
Me llamas a mí, con mi amor propio, mi orgullo, mi ímpetu dominador, mi corazón dividido, mi ansiedad, mi necesidad de relación, mi sensibilidad que me produce tantos rompimientos de cabeza, mi cansancio, mi perfeccionismo, mi coraje... 
Me quieres como soy.
Ayúdame a comprender que en mi herida está mi don; en mi pecado, tu misericordia; en mi pobreza, tu riqueza; en mi tentación, tu Espíritu; en mi sufrimiento, la fuente de la sabiduría; en mi dolor, la capacidad de comprender a los demás.
Señor, aunque me cueste, quiero apoyar mi vida no en mi fuerza, sino en la tuya; y te ofrezco mi debilidad como mediación amorosa para que puedas hacerte presente en la vida de los que me rodean, de los que más me necesitan.
Oración inspirada en un texto de Ángel Moreno de Buenafuente

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...