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Signos de tu presencia




"El que cree en mí, 
también él hará las obras que yo hago, 
y aún mayores" 
(Jn 14,12)  

Te bendecimos, Padre, 
porque en Jesucristo se transparenta tu imagen 
con plena fidelidad.  
Gracias a él, que es tu Hijo, te conocemos visiblemente 
y podemos abrirnos a tu misterio insondable.  
Abre, Señor, 
los ojos de nuestra fe para poder verte 
a través del rostro humano de Cristo.
Concédenos que, viéndote en sus palabras y obras, 
te conozcamos y, conociéndote, creamos en ti y en él.  
Haz, Señor, 
que por medio de nuestras buenas obras 
seamos también nosotros signo de tu presencia.  
Te lo pedimos en nombre de Jesucristo nuestro Señor.

Amén.


“Si pudo crear el universo de la nada, puede también intervenir en este mundo y vencer cualquier forma de mal. Entonces, la injusticia no es invencible” (LS 74).     

Vencer el mal a fuerza de bien. 
Poner amor donde no lo hay. 
La tarea nace de una convivencia prolongada con el Cristo pascual. 
La profecía para el anuncio y la denuncia nace de la amistad con Cristo. 
No hay límites para quien está con Él. 
El trabajo es un medio para expresar la dignidad humana. 

Cuando creemos en el amor de Cristo, nos colocamos en medio del mundo para ser con nuestras obras un humilde reflejo de su bondad. 

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