¡Qué grande es tu amor, Señor!
“Los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los
escribas que primero tiene que venir Elías? Él les contestó: Elías vendrá y lo
renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino
que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a
manos de ellos...” (Mateo 17, 10-13).
¿Qué dolor cuando un ser humano es pisoteado,
orillado,
violentado, ninguneado?
¡Qué oscuridad, del hombre y de Dios!
Aporta tu granito
de arena en alguna de las mil tareas que el Espíritu hace surgir cada día
a
favor de la dignidad del ser humano.
¡Qué abajo te colocas para levantar a los abajados!
¡Qué grande es tu amor, Señor!
¡Qué novedad y verdad aportas a la vida!
“Así también el Hijo
del hombre
va a padecer a manos de ellos” (Mt 17,13)
Jesús, pisoteado, orillado, violentado,
ninguneado.
¡Qué oscuridad, del hombre y de Dios!
¡Qué abajo se coloca Jesús
para levantar a los abajados! ¡Qué grande es su amor!
Nunca entenderemos la inmensidad de tu amor,
Señor,
regálanos tu gracia
para acogerlo.
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