Mirar a Jesús nos llena de confianza



“Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico…. Lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús…  Para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa” (Lucas 5, 17-26).    

Nos admira la compasión de Jesús, 
su energía sanadora y su mirada penetrante 
que va más allá de las apariencias externas. 
Su amor libera de tantas ataduras 
físicas, psíquicas, morales 
que nos imponemos nosotros 
o nos encontramos en el contexto en el que vivimos. 
Mirar a Jesús nos llena de confianza 
y comunica libertad y vida para amar.   
En tus labios se derrama la gracia. 
En medio de mis noches, 
Tú actúas silenciosamente en mi corazón. 

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