Me invitas a llevar contigo la cruz de cada día.
“Levantaos, alzad la cabeza:
se acerca vuestra
liberación” (Lc 21,28).
A pesar del lenguaje apocalíptico y catastrófico,
la venida
del Hijo del hombre
es un acontecimiento de liberación.
Acoge con esperanza la
salvación
que Dios te ofrece en los duros
y complejos acontecimientos
históricos humanos.
En la fragilidad de mis tareas
y compromisos me
muestras tu Rostro,
Señor, de la Vida y de la Historia.
Me invitas a llevar
contigo la cruz de cada día.
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