No he venido para que me sirvan

Oración
No he venido para que me sirvan.
Y desde que me levanto, hasta que me acuesto,
alguien me está sirviendo, Señor.
Quiero pedirte que me des un talante agradecido
a cada ser humano que me hace un servicio, 
por pequeño que sea.
Quiero vivir atento al más mínimo detalle
del otro hacia mí y mis cosas.
Me gustaría revestirme de agradecimiento
para ir reconociendo todo lo que me regalan los demás.
Yo quiero, como Tú, 
pensar que no estoy para ser servido sino para servir.
Que los de alrededor viven mejor 
si yo estoy atento a lo que necesitan,
que poseo capacidades infinitas para regalar,
y que puedo hacer la vida más fácil alrededor.
Quiero ser el hombro que descansa al fatigado,
el oído que escucha la pena del que sufre,
la mirada que acaricia la vida que está al lado,
la mano que se extiende para acoger su historia.
Me gustaría ser luz para la oscuridad de otros,
chispa para los que están desanimados,
sal para los que tienen una existencia sosa
y azúcar para los que tienen que soportar amargos tragos.
Quisiera, contigo, Señor, ser el payaso que crea fiesta,
ser el arco iris 
que anuncia que tras cada tormenta hay calma,
ser como agua fresca que hidrata el cuerpo reseco,
ser el juglar que hace reír para olvidar las penas.
Quisiera contigo ser venda para las heridas del camino,
ser antibiótico que cura toda infección del alma,
ser alcohol que desinfecta todos los malos rollos
y ser el estimulante que contagia ganas de vivir.
Contigo, quiero ser un camarero de la vida,
que ofrece bebidas frescas a los resecos,
que aporta alimento a los que sufren hambre
de cualquier cosa: amores, amigos, trabajo o paz.
Contigo podría ser un manojo de globos,
que tira de la gente hacia arriba, Señor,
que el gas de la ilusión les eleve sobre la rutina
y puedan vivir con gozo y con pasión.

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