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El Espíritu Santo impulsa y fortalece



“El Espíritu Santo os enseñará 
en aquel momento lo que tenéis que decir” 
(Lc 12,12).
En la persecución o en las dificultades de la vida,
el Espíritu Santo impulsa y fortalece al orante
para dar testimonio de Jesús, con su vida.
Fíate de Dios, de la fuerza de su Palabra.
 Abandónate totalmente en Él.
Es un Padre fiel y cariñoso.
No abandona la obra de sus manos. 

"Lo único que para mi habéis de pedir 
es fuerza interior y exterior,
a fin de que no sólo de palabra,
sino también de voluntad me llame cristiano 
y me muestre como tal...
Escribo a todas las Iglesias,
y a todas les encarezco 
que estoy presto a morir de buena gana por Dios,
si vosotros no lo impedís.
A vosotros os suplico que no tengáis para conmigo
una benevolencia intempestiva.
Dejadme ser alimento de las fieras,
por medio de las cuales pueda yo alcanzar a Dios.
Trigo soy de Dios 
que ha de ser molido por los dientes de las fieras,
para ser presentado como pan limpio de Cristo"
(Carta de San Ignacio a los Efesios, camino del martirio).

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