Dichosa y bienaventurada



“Una mujer de entre el gentío levantó la voz” (Lc 11, 27)  
Una mujer emocionada por las palabras de Jesús,
levanta valiente su voz para señalar la dicha de María.
Atrévete a proclamar con tu vida
que llevas en tu corazón el gozo de sentirte hijo/a de María.
 
Padre, Dios, 
necesitamos mujeres llenas de vida,
que hundan sus raíces en la fuente de tu Palabra 
y repartan, a manos llenas, la paz y la alegría.  

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