Sin Dios, el hombre se sumerge en el egoísmo.
"En la
crisis actual, que afecta no sólo a la economía sino a varios sectores de la
sociedad, la Encarnación del Hijo de Dios nos dice lo importante que es el
hombre para Dios y Dios para el hombre.Sin Dios, el hombre termina por hacer
prevalecer su propio egoísmo sobre la solidaridad y el amor, las cosas
materiales sobre los valores, el tener sobre el ser. Es necesario volver a Dios
para que el hombre vuelva a ser hombre.
Con Dios no desaparece el horizonte de la esperanza incluso en los momentos difíciles, de crisis: la Encarnación nos dice que nunca estamos solos, Dios ha entrado en nuestra humanidad y nos acompaña".
Benedicto XVI en Loreto hoy.
Jo, como habla Dios, me maravilla. Precisamente ayer rezando las vispera y tras estas en una reunión con los catequistas, nos hablaban de ello, y hoy por si acaso no queria enterarme del todo... Benedicto y tú con él, me traeis el mismo mensaje al salón de mi casa, je,je, como es el Padre...
ResponderEliminarUn abrazo Juanlu.